Qué significa despertarse a las 3 de la madrugada y por qué es una señal de alerta, según la psicología

¿Te despertás a las 3 de la madrugada? Por qué podría ser una mala señal, según expertos en psicología.

24 de junio, 2025 | 17.10

Muchas personas se preguntan qué significa despertarse a las 3 de la madrugada. Según quienes creen en cuestiones espirituales, despertarse a esta hora puede ser señal de que alguna entidad oscura está cerca nuestro o que no estamos del todo protegidos. Sin embargo, los expertos en psicología tienen otra respuesta a este problema tan común. Según psicólogos, es una señal de algo que tenemos que cambiar urgentemente en nuestras vidas.

A lo largo de la noche, muchas personas se despiertan en determinados momentos, ya sea por sentirse incómodas en la cama, tener sed, ganas de ir al baño, entre otras cosas. Sin embargo, lo que se esconde detrás de este hábito puede ser estrés y ansiedad. Si te solés despertar a menudo durante la madrugada, según psicólogos, puede ser señal de que hay algo en tu interior que tenés que trabajar, para lograr gestionar mejor tus niveles de tensión.

Al rato de que comienza el sueño ligero, entramos en la fase más activa, conocida como movimiento ocular rápido (REM), tras la cual es muy probable que nos despertemos. Este proceso dura alrededor de tres horas, y es por esto que si te vas a dormir a las 11 de la noche, lo más probable es que te despiertes cerca de las 3. Probablemente, si te despertás en esta fase del sueño te vuelvas a dormir rápidamente, pero si te quedás pensando en algo que te genera preocupación, estrés o ansiedad, es posible que te quedes despierto y te cueste más volver a dormirte.

Según el psicólogo y terapeuta cognitivo Greg Murray, en diálogo con IFL Science, esto se debe a que a las 3 de la madrugada, nuestro cerebro sabe que no hay nada que podamos hacer para resolver un problema en ese momento. En cambio, durante el día, podemos ser proactivos y resolver nuestros problemas. Esto hace que nuestra mente entre en un estado de rumiación, del cual es muy difícil salir, y ahí es cuando aparece el insomnio.

El experto aconseja prestarle atención a estas señales de estrés y ansiedad, y para combatirlo, recomienda practicar meditación mindfulness antes de irse a dormir. Esto consiste en realizar ejercicios de respiración y enfocarse en nuestros cinco sentidos, para que la mente se calme y no aparezca ese "huracán de preocupaciones". Podés escuchar una meditación guiada, o bien cerrar los ojos y respirar profundo, inhalando y exhalando por la nariz. Para esto, tenés que inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos

Cuáles son los riesgos de respirar por la boca

La forma correcta de respirar es por la nariz. Cuando lo hacemos, el aire se filtra, se humedece, se calienta y regula su temperatura para llegar a los pulmones. De esta manera, nuestro cerebro logra oxigenarse correctamente para poder cumplir con sus funciones. Cuando respiramos por la boca (ya sea porque hay una alergia, una desviación del tabique, congestión o un mal hábito), estamos exponiendo a nuestro cuerpo a muchos riesgos. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Riesgo de muerte prematura y trastornos de sueño: respirar por la boca mientras dormimos puede generar ronquidos y la apnea del sueño. Estos problemas afectan la oxigenación, la calidad del descanso y el rendimiento diario. Roncar y tener apnea es peligroso, ya que puede aumentar significativamente el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud. 

  • Mayor riesgo de infecciones: la nariz actúa como un filtro para que el aire pase limpio a las vías respiratorias. Si esto no sucede, el aire llega sucio y aumentan las posibilidades de infecciones pulmonares, faringitis y resfriados.

  • Alteraciones faciales: respirar por la boca modifica completamente la estructura facial, ya que afecta al crecimiento de los maxilares y puede generar paladares estrechos. También puede hacer que apoyes mal la lengua dentro de la boca, haciendo que con el paso del tiempo, tus dientes se salgan para adelante.

  • Problemas dentales y bucales: respirar por la boca reseca la saliva, que es clave para mantener el equilibrio bacteriano en la boca. Esto genera mal aliento, caries, encías inflamadas y altera la forma correcta del paladar.

  • Fatiga y bajo rendimiento físico: si respiramos por la boca, el oxígeno no entra correctamente. Como consecuencia, los músculos no reciben el oxígeno adecuado y te va a costar más recuperarte físicamente y hacer actividad física.

  • Problemas digestivos: al respirar por la boca, es posible que se genere un exceso de gases en tu estómago y/o intestino, derivando el problemas digestivos como eructos, gases, reflujo, dolores, entre otros.

  • Ansiedad y estrés: la respiración bucal activa el sistema nervioso simpático, que es el de alerta. Esto puede aumentar la sensación de ansiedad o mantenerte en un estado constante de tensión.

  • Falta de concentración y memoria: la respiración nasal activa circuitos cerebrales vinculados a la memoria y la regulación emocional. Por el contrario, si respirás por la boca estas funciones se van a ver afectadas.

  • Mal estado de ánimo: una mala respiración puede generar síntomas depresivos o de desregulación emocional, ya que el cerebro no puede trabajar correctamente.