El desgarrador momento de Guido Kaczka con dos pacientes del Garrahan

Thiago y Leonel, gemelos de 5 años con síndrome de Noonan, emocionaron a Guido Kaczka y al país entero al revelar que muchas veces no pueden viajar al Garrahan por falta de dinero para el boleto. La audiencia reaccionó con un gesto histórico.

13 de noviembre, 2025 | 17.30

La noche del miércoles en Buenas noches Familia terminó convertida en una de las emisiones más conmovedoras del ciclo. Allí, Guido Kaczka se quebró al conocer la historia de Thiago y Leonel, dos gemelos de 5 años que conviven desde su nacimiento con síndrome de Noonan, una condición genética poco frecuente que requiere controles permanentes en el Hospital Garrahan, una institución hoy atravesada por recortes presupuestarios del Gobierno de Javier Milei.

A través de un video, los pequeños se presentaron con una ternura que silenció al estudio: “Yo me llamo Leo. Yo me llamo Thiago. Somos gemelitos. Tenemos un síndrome que se llama Noonan rasopatía. Tenemos cinco añitos. Somos pacientes del Garrahan. A veces no podemos viajar porque no tenemos para el boleto. Somos muy divertidos”. La sinceridad de su mensaje golpeó fuerte: la familia muchas veces no puede costear los traslados y llega al hospital en tren o colectivo, cuando pueden.

La historia tocó el corazón de Nico, amigo de la familia, que decidió subir al escenario y regalarles un show cargado de emoción al ritmo de Leo Mattioli. Su gesto desató un clima de solidaridad inmediata: Guido, visiblemente movilizado, no pudo contener las lágrimas mientras todo el estudio acompañaba la escena.

¿Qué es el síndrome de Noonan y por qué requiere controles permanentes?

El síndrome de Noonan es una condición genética poco frecuente que puede afectar el desarrollo físico, el crecimiento y el funcionamiento del corazón, razón por la cual los pacientes requieren atención médica continua. En el caso de Thiago y Leonel, los controles en el Hospital Garrahan incluyen estudios cardiológicos, consultas con especialistas y seguimiento clínico constante. Por eso, la familia debe viajar con frecuencia desde su barrio hasta el centro pediátrico, un gasto que se volvió cada vez más difícil de afrontar en el contexto económico actual.