Gastón Soffriti lanzó hace algunos días su libro autobiográfico "Vos sí que no tenés problemas", en el cual hace énfasis en los duros momentos que tuvo que atravesar durante su carrera. En varios pasajes del mismo, hace relación al trato que recibió por parte de Cris Morena y hasta mencionó que fue privado de un trabajo "por feo".
Esto útlimo ocurrió cuando la reconocida productora empezó a convocar a antiguos actores y actrices de Chiquititas 2006 para llevar adelante Casi Ángeles. "Mi nombre, al parecer, no estaba anotado ahí. Me acuerdo del golpe cuando lo supe, como si fuera el día de hoy. Fue un dolor físico que traté de maquillar con la ilusión de que quizá, como había pasado otras veces, la suerte pronto se pondrá de mi lado. Pero no. Muchos años después me enteré de que había quedado afuera por 'feo'", rememoró él.
Gastón Soffritti y los actos de violencia contra él
En el capítulo "Niño herido" hizo alusión a Cris Morena, aunque sin mencionarla de forma directa: "Tengo doce años. Estoy arriba del escenario, tras bambalinas. Veo a una mujer flaca, de pelo rubio, largo, ondulado que dirige todo un elenco de niños y a algunos adultos. Grita casi sin parar desde abajo y corta el ensayo a cada rato. Es violenta. Lo que dice, cómo lo dice, es violento". "Pero nadie la frena ni la contradice. Tengo la boca seca y el corazón acelerado porque me toca entrar en escena y no me puedo equivocar", añadió.
"Entro. Y antes de decir mi línea, me grita: '¿Vos sos idiota? ¡Tenías que entrar por el otro lado!'. Estoy seguro de haber entrado por el lado correcto como que me llamo Gastón. Pero no digo nada, no reacciono. Los adultos mandan y yo estoy sumamente acostumbrado a enfrentar este tipo de situaciones. Cuando termina el ensayo, se me acerca. Yo tengo terror. 'Entrá por donde habías entrado, queda mejor', me dice y se va", prosiguió.
Por otra parte, contó lo que ocurría detrás de cámara en Chiquititas 2006: "Mientras esperábamos para grabar, nos ponían en el corralito, un lugar encerrado que antes habían usado para Gran Hermano. Mientras estábamos ahí, nos regía un sistema de cruces: la primera era un aviso, la segunda una suspensión por algunos capítulos y la tercera, roja directa. Los que se rebelaban ante ese sistema dejaban de ser parte del elenco como por arte de magia. No saber la letra en las escenas, hacer ruido mientras grabábamos o llegar tarde eran motivo de castigo".
"De chico siempre le tuve miedo a que volviera el servicio militar y esto me parecía lo más cercano. Tenía catorce años y estaba prohibido equivocarse. En ese entonces era común que el adulto que dirigía se pusiera a gritar desaforadamente porque sus actores y actrices - niños y adolescentes, en este caso - no cumplían con lo que se les pedía. O, simplemente, no les salía. El costo psicológico con el tiempo iba a ser alto", concluyó.