El lujoso Barrio Parque, en la Ciudad de Buenos Aires, dejó de ser sinónimo de tranquilidad cuando trascendió que la casa de Pampita Ardohain fue asaltada mientras ella se encontraba de viaje. La modelo regresó de urgencia al país para enfrentar una doble situación: la pérdida de objetos de gran valor sentimental y el asedio de la prensa.
Visiblemente afectada, relató que entre lo robado había documentos familiares y teléfonos que contenían recuerdos irremplazables de Blanca, su hija fallecida en 2012. “Mis hijos están en la puerta del cole porque tenemos un trámite con ellos por el tema de pasaportes y eso, me están esperando ahora en la embajada de Chile, me tengo que ir urgente”, comenzó diciendo.
Consultada por la investigación en curso, fue cauta: “No les puedo dar datos, sólo decir que hay secreto de sumario y que no puedo decir nada sobre el tema”. Sin embargo, dejó en claro su alivio porque nadie estaba en la casa: “Fue lo único que pensé en estas horas, que no estábamos ni nosotros ni nadie de la gente que trabaja conmigo, podría haber sido un mal momento para todos”.
La tensión aumentó cuando un cronista preguntó si se sentía insegura. Pampita reaccionó con enojo: “¿Cuántas veces les dije que no enfocaran la puerta de mi casa? Lo dije reiteradas veces cuando me mudé y cuando tuve problemas personales, hay que cuidar la intimidad de la vivienda, ¿viste?”. Finalmente, ante la consulta sobre una posible mudanza, respondió con prudencia: “Hoy no les puedo decir, no sé. Han pasado muy pocas horas”.
Qué se sabe del robo a la casa de Pampita
La causa está bajo secreto de sumario y las autoridades trabajan para identificar a los responsables del asalto. La policía porteña analiza las cámaras de seguridad de la zona y, hasta el momento, no se descarta ninguna hipótesis sobre cómo los delincuentes lograron ingresar a la vivienda sin que se activaran las alarmas.