Anthony Grey, el reconocido periodista británico que estuvo detenido en China durante más de dos años, murió el 11 de octubre en Norwich, Inglaterra, a los 87 años, según confirmaron sus hijas Lucy y Clarissa Grey.
Su cautiverio comenzó en 1967, cuando era corresponsal de Reuters en Beijing, en plena Revolución Cultural. Las autoridades chinas lo pusieron bajo arresto domiciliario como represalia por la detención de periodistas comunistas en Hong Kong, en un conflicto diplomático entre China y el Reino Unido.
Durante 26 meses estuvo confinado, primero con cierta libertad dentro de su residencia y luego en condiciones mucho más duras, incluyendo agresiones físicas y aislamiento en una pequeña habitación decorada con propaganda maoísta. En ese encierro escribió en secreto un diario, relatos y crucigramas para mantener su mente activa.
Sobre su experiencia, Grey relató: “Me sentí muy, muy mal muchas veces. Pero no me desesperé”. Su historia conmocionó al mundo y fue plasmada en su libro Rehén en Beijing, que lo volvió famoso.
Tras su liberación en octubre de 1969, Grey explicó que su detención fue parte de una disputa política mayor: “No creo que a Beijing le importaran demasiado los periodistas de Hong Kong en sí mismos. Simplemente me vi atrapado en una lucha de prestigio entre dos gobiernos intransigentes”.
Quién fue Anthony Grey
Nacido el 5 de julio de 1938 en Norwich, Grey comenzó su carrera periodística en el periódico Eastern Daily Press y luego se unió a Reuters, donde cubrió Europa del Este antes de ser enviado a China. Su vida estuvo marcada por la mezcla entre el periodismo riguroso y la escritura de novelas, además de su compromiso con causas humanitarias.
Después de su liberación, trabajó para la BBC, escribió libros de ficción y fundó organizaciones benéficas dedicadas a ayudar a rehenes de Estado, predicando el perdón y dejando atrás cualquier resentimiento hacia sus captores o colegas.
El Parkinson, la enfermedad con la que luchó Anthony Grey
En sus últimos años, Grey padeció enfermedad de Parkinson y trastorno de estrés postraumático, secuelas de su cautiverio y las difíciles experiencias vividas durante su vida profesional.
Además de su legado periodístico, Grey tuvo una etapa polémica y personal marcada por sus creencias heterodoxas, como su adhesión al raelismo, una corriente que sostiene que la humanidad fue creada por científicos extraterrestres. Su historia es un recordatorio del costo humano que puede tener la labor periodística en contextos de tensión política y de la importancia del compromiso con la verdad y la defensa de los derechos humanos.
