Milei necesita que todavía suban entre 7% y 12% los bonos para poder colocar nueva deuda

Tienen todavía un mes para lograr refinanciar el vencimiento de enero. Los bonos encontraron resistencia a mantener el rally alcista por la falta de compra de reservas internacionales. La advertencia del FMI y de Pimco. EEUU sigue imponiendo condiciones para mantener el salvataje.

14 de noviembre, 2025 | 20.43

El gobierno de Javier Milei necesita todavía que los bonos de la deuda pública, los Bonos Globales de legislación extranjera y los Bonares de legislación local, suban de precio entre 7% y 12% en el transcurso de las próximas cuatro semanas para intentar salir al mercado con una nueva emisión de deuda que permita recolectar los más de 4.000 millones de dólares que tiene que pagar el 9 de enero del próximo año.

El problema de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, es que las últimas noticias no fueron favorable a sostener el rally alcista que registraron los títulos públicos a partir del triunfo electoral del 26 de octubre, que permitió bajar el riesgo país desde la zona de los 1200 puntos hasta los 600 puntos, donde empezó a registrar resistencia para quebrarlo.

El FMI presiona sobre las reservas

Las declaraciones del staff del Fondo Monetario Internacional pidiendo que se aproveche el mejor contexto financiero para cumplir con el compromiso de acumular reservas internacionales actuó como un cisne negro en el mercado, que sigue observando como la mayor dificultad del gobierno de Milei la imposibilidad de sumar divisas ya sea a través del Banco Central como del Tesoro.

Incluso antes del staff del Fondo la advertencia pública fue del director de gestión de cartera de mercados emergentes de Pimco, Pramol Dhawan. cuando en una entrevista justo antes de reunirse con Milei dijo que se debía dejar flotar el peso: “Los inversores extranjeros no invertiremos en activos locales a estos niveles de tipo de cambio. Punto final", afirmó.

El BCRA solo tiene dólares prestados

El Riesgo País, que mide el diferencial de tasas entre los bonos de un país respecto de los emitidos por el Tesoro de Estados Unidos, llegó a un piso de 559 puntos en enero de este año, justo en las jornadas previas al pago de los servicios de amortización y renta de los Bonares y Globales, por unos 4.400 millones de dólares el 9 de enero.

En realidad, parte de esos fondos quedaron en poder de organismos del sector público, por lo que unos 3.700 millones llegaron al mercado pero ni un sólo dólar se reinvirtió en activos financieros del país y terminaron en cuenta de inversores internacionales o de ahorristas argentinos.

Lo que deben subir los bonos para llegar a una TIR que permita salir al mercado

El riesgo país a mitad de noviembre de 2024 rondaba los 770 puntos y pese a la mejora en el precio de los bonos a medida que se acercaba la fecha de pago nunca logró entrar en la zona que permita la emisión de nueva deuda y para mediados de diciembre rondó los 660 puntos.

Para el 15 de diciembre se considera como la última oportunidad del año de salir a los mercados previo al receso que suele instalarse desde una semana antes de navidad hasta unos días después de Reyes. Este año, el riesgo país llegó a un piso de 590 puntos para el 10 de noviembre y parecía que de la mano del salvataje de la administración de Donald Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, se allanaba el camino para que se sostenga la recuperación de precios que permita una vuelta voluntaria a los mercados de deuda.

El riesgo país se mueve en sentido inverso a los precios: cuando el precio sube, cae el riesgo país y baja la Tasa Interna de Retorno (TIR) que es la referencia para la colocación de la nueva deuda.

Respaldo a las bandas

En la mejora del valor de los títulos influyeron las declaraciones de Caputo; el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning; y otros funcionarios menores del equipo económico asegurando que estaba en los planes modificar las bandas de flotación y acelerar la acumulación de reservas. Pero Milei, en un artículo para los suscriptores pagos del Financial Times, aseguró que las bandas iban a sostenerse hasta el fin de su mandato y no consideró trascendente la compra de divisas en el mercado.

El cambio de actitud de Milei y el equipo económico se sumó a las declaraciones del FMI y de PIMCO, uno de los mayores fondos internacionales que administra activos financieros, y le puso un piso a la caída del riesgo país, que terminó la semana en el rango de los 612 puntos.

Un trabajo realizado para El Destape expone la suba de precios que todavía tienen que registrar los bonos para llegar a los rengos de emisión, donde todavía es notoria la diferencia de legislación entre locales y extranjera y de plazos.

Las declaraciones oficiales le pusieron un techo a la suba de precios

Los bonos que se toman de referencia para medir la capacidad de nueva emisión, por la liquidez que tienen en el mercado, son los Globales y Bonares 2030, que tendrían que registrar una suba de precios de 6,2% y 11,5%, respectivamente, para alcanzar una Tasa Interna de Retorno de 6% que sería la equivalente a la tasa para emitir nueva deuda.

Esos bonos cerraron el viernes con TIR de 11,1% en el MEP y 12,2% en el CCL para el Bonar 2030 y de 8,6% en el MEP y 9,8% en el CCL para el Global 2030.

La posibilidad de mejorar los precios en las cuatro semanas críticas hasta que se cierre la ventana de emisión para este año quedó atada ahora que el Gobierno cambie de postura y muestre acumulación de reservas, para aprovechar la liquidación extraordinaria de dólares que están haciendo las empresas por la colocación de deuda en Nueva York y en la plaza local.

Pese a la disponibilidad de divisas que se manifiesta con una caída del precio del dólar mayorista a 1.405 pesos, el Tesoro sólo compró en la semana que se cerró unos 25 millones de dólares legítimos y acudió a las reservas del BCRA para obtener los 850 millones de dólares que necesitó para pagar intereses al FMI.

El Gobierno confía en la ayuda de Bessent si el mercado sigue cerrado para afrontar el pago de enero, lo que se refleja en la imposición de condiciones que la administración de Milei acepta sin discusión por ejemplo para alcanzar un acuerdo comercial que, en los aspectos que trascendió, es todo beneficio para el sector privado estadounidense y ninguno para el argentino.