Un total de 27 presos murieron en Ecuador tras ser ahorcados, la tarde del último domingo, en una cárcel de Machala, en la provincia de El Oro, fronteriza con Perú, según informaron oficialmente las autoridades.
El gubernamental Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) indicó en un comunicado que "entre ellos (los reos) cometieron asfixia, lo que produjo muerte inmediata por suspensión".
En la madrugada, en esa misma cárcel murieron otros cuatro reos y 33 resultaron heridos, así como un agente policial, informó el SNAI que, sin más detalles, atribuyó ese hecho a la "reorganización de los privados de libertad en la nueva cárcel de máxima seguridad". De esta manera, se contabiliza un total de 31 internos fallecidos durante la jornada de violencia registrada en dicho penal.
Los hechos ocurrieron en la planta del Centro de Privación de Libertad N.º 1 de Machala, precisó el SNAI. Inicialmente se había informado que 21 presos "fueron encontrados sin vida en el lugar" y que se sospechaba que las muertes habían sido producto de asfixia.
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La crisis de violencia en las cárceles de Ecuador
El pasado 1 de noviembre, 12 personas fueron halladas sin vida en tres cárceles de Ecuador, según confirmó entonces el SNAI. Seis hombres fueron encontrados en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más poblada y peligrosa de Ecuador, ubicada en la ciudad costera de Guayaquil; otros cuatro en la cárcel de Turi, de la andina Cuenca; y otros dos en la prisión de Esmeraldas, al norte del país.
Las cárceles son uno de los epicentros de la crisis de violencia criminal sin precedentes que atraviesa Ecuador, al haber sido asesinados en su interior unos 600 reclusos desde 2021, la mayoría en una serie de masacres por enfrentamientos entre bandas rivales.
Algunas prisiones están militarizadas y otras bajo control de la Policía Nacional, en el marco del "conflicto armado interno" que el presidente Daniel Noboa declaró en 2024 para luchar contra las bandas delictivas, a quienes se les atribuye la escalada de violencia que ha llevado al país a estar a la cabeza del índice de homicidios en Latinoamérica.
