Tras la decisión del presidente de la Nación, Javier Milei, de vetar la ley que establecía una nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la emergencia en discapacidad, sancionada recientemente por el Congreso de la Nación, a muchos ciudadanos se les presentó la duda sobre qué es un veto y cómo funciona.
La medida fue oficializada este lunes 4 de agosto en el Boletín Oficial y en la cuenta de la Oficina de Prensa del Presidente (OPRA). En el comunicado, la OPRA acusa a diputados y senadores de aprobar de manera "irresponsable" normas que afectan el superávit fiscal y sostuvo que el Presidente prefiere decir "una verdad incómoda a una mentira confortable".
Las normas establecían una actualización del bono para jubilados, que habría pasado de $70.000 a $110.000, más un incremento del 7,2% en los haberes y la reapertura de la moratoria previsional. Además, la emergencia en discapacidad disponía de recursos extras para pagarle a los prestadores del sistema, cuyos servicios para este sector vulnerable se ven muy afectados por el ajuste presupuestario.
Qué es el veto presidencial
El veto es una herramienta clave en el sistema de frenos y contrapesos del Estado. Le permite al Presidente rechazar total o parcialmente un proyecto de ley sancionado por el Congreso de la Nación. Este poder, establecido en la Constitución Nacional, asegura que el Ejecutivo pueda intervenir si considera que una norma no es conveniente o alineada con su política.
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Ana María Mustapic, directora del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, lo describió en el medio Chequeado como “una herramienta en manos del Ejecutivo para evitar cambios que no son de su preferencia”. Por su parte, Valeria Palanza, doctora en Ciencia Política por la Universidad de Princeton, señaló que el veto está diseñado para forzar el consenso entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, y obliga a ambos a moderar sus posiciones.
Cómo funciona el veto
El Presidente tiene hasta 10 días hábiles después de la sanción de una ley para vetarla total o parcialmente. El pronunciamiento debe contar con la firma de uno o más ministros del gabinete. Desde la reforma constitucional de 1994, el veto puede ser parcial, lo que permite al Presidente objetar una parte de la norma y promulgar el resto, siempre que no se desvirtúe el espíritu original del proyecto.
El uso del veto no es una mera formalidad, influye directamente en las estrategias políticas tanto del oficialismo como de la oposición. Agustina De Luca, directora de Transparencia en la Fundación Directorio Legislativo, explica que en contextos donde el oficialismo no tiene mayoría, como ocurre actualmente, el veto se convierte en una herramienta más común.
¿Qué sucede después del veto?
Una vez que el Presidente veta un proyecto, este regresa a la cámara de origen para ser debatido nuevamente. Si logra la aprobación de dos tercios de los votos, pasa a la cámara revisora. Si ambas cámaras insisten con la aprobación por dos tercios, el proyecto se promulga sin posibilidad de ser vetado nuevamente por el Presidente.
Sin embargo, la insistencia del Congreso es poco común debido a la dificultad de alcanzar la mayoría calificada de dos tercios en ambas cámaras. Según un análisis de El Parlamentario, desde la vuelta de la democracia, solo 36 proyectos vetados fueron aprobados por insistencia del Congreso.