El Sindicato de Trabajadores Caninos (STC) exige que se reconozca legalmente el trabajo de quienes pasean perros, los adiestran, bañan o asisten en veterinarias. Aseguran que detrás de esa demanda, lo que asoma es una discusión profunda sobre la informalidad laboral y el reconocimiento de nuevas ocupaciones que crecieron en los márgenes de la ley.
El proyecto de Regulación del Trabajo Canino para el Bienestar Animal, firmado en 2024 por diputados de Unión por la Patria (Vanesa Siley, Sergio Palazzo, Hugo Yasky, Pablo Carro, Carlos Cisneros, José Gómez y Mario Manrique), busca incorporar a este sector al sistema de seguridad social, establecer derechos laborales básicos y garantizar condiciones de trabajo dignas. Sin embargo, la iniciativa aún duerme en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, que preside el radical Martín Tetaz, y si no se debate antes de diciembre, perderá su estado parlamentario.
“El proyecto busca reconocer el trabajo de los más de 100.000 trabajadores caninos que somos en el país, entre paseadores de perros, peluqueros, adiestradores y auxiliares veterinarios. Hace 30 o 40 años esto se consideraba una changa, pero hoy para la mayoría es la única fuente de ingresos”, explica Matías Tomsich, secretario general del sindicato.
La ley propone crear un régimen laboral especial para el sector, aplicando el espíritu de la Ley de Contrato de Trabajo, pero adaptado a sus particularidades. Entre los puntos centrales, prevé obra social, licencias pagas, aguinaldo, ART, jubilación y paritarias, además de la creación de una Comisión Nacional de Trabajo Canino, encargada de fijar salarios mínimos y condiciones de trabajo en todo el país.
“Es un proyecto que tiene cuatro ejes: derechos laborales, bienestar animal, confianza para los tutores y aportes al Estado. Un trabajador capacitado garantiza el cuidado de los perros que tiene a su cargo, y además el Estado recibiría más de 8.000 millones de pesos de aportes y contribuciones. En un país donde el 50% de los trabajadores está en la informalidad, esto viene a dar una luz de esperanza”, sostiene Tomsich.
Matías Tomsich: "Necesitamos que la Comisión del Trabajo lo discuta"
Desde el sindicato reclaman que el Congreso trate el proyecto antes de fin de año, ya que de lo contrario perdería estado parlamentario. “En esta Argentina, donde la mitad de los trabajadores es informal, no puede ser que un proyecto que busca regularizar a 100 mil compañeros quede cajoneado. Necesitamos que la Comisión de Trabajo lo discuta, que se debata”, exige el referente del STC.
La iniciativa cuenta con el respaldo de legisladores provenientes del sindicalismo, como Siley, Palazzo y Yasky, que ven en esta ley un paso hacia la formalización de un sector que crece junto con el nuevo paradigma de las “familias multiespecie”.
En un contexto donde se debaten los cambios del mundo del trabajo, mientras el Gobierno de Javier Milei busca profundizar las modificaciones legislativas del mercado laboral, Tomsich se posiciona: “Nosotros apoyamos la idea de una reforma laboral, pero no para quitar derechos a quienes todavía los tienen, sino para incorporar a los que nunca los tuvimos”.
Así, a la espera de que el Congreso abra el debate, los trabajadores caninos siguen en las calles y parques del país, moviendo colas y sueños. Lo que empezó como una changa, hoy busca su lugar en la legislación argentina.