Patricia Bullrich y Diego Santilli se convirtieron en las caras de la victoria violeta en las elecciones de medio término. Provenientes del PRO, ambos subieron al escenario el domingo antes que el Presidente y su triángulo de hierro. Seguramente, pasarán a formar parte de la mesa chica del poder libertario. Se consolidaron como los nombres fuertes de la Casa Rosada para liderar las boletas ejecutivas de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, respectivamente.
Los dos candidatos aportaron al gobierno un factor clave: Bullrich y Santilli interpelan a un votante al que no llega Javier Milei, lo que incrementó el caudal de votos posibles para La Libertad Avanza. Sin embargo, su capacidad de anticipar escenarios quedó corta frente al resultado. Si bien no faltó quien pronosticara una victoria apenas iniciado el día democrático, el desenlace sorprendió.
Se entendió que el escándalo de José Luis Espert, vinculado a Fred Machado —investigado por narcotráfico en Estados Unidos— llegó a su fin apenas “el pelado” se bajó de la candidatura. A esto se sumó el factor Boleta Única en Papel, que redujo el poder de la territorialidad, y el factor miedo, por un posible regreso del peronismo. Todos estos condimentos permitieron a La Libertad Avanza crecer en casi un millón de votos respecto a septiembre.
De manera generosa, Diego Santilli cedió la victoria a Javier Milei por la nacionalización de la elección, aunque internamente existe la convicción de que se valoró mayoritariamente la candidatura de “el Colo” para dar vuelta la elección. En la Ciudad, Bullrich también recibió el cariño de la gente, a la que agradeció al día siguiente con un video en sus redes sociales.
Pero el resultado fue obra del electorado. Más que del poder de un nombre o una figura, la sociedad le otorgó una nueva —y última— oportunidad a Javier Milei, quien ahora deberá mejorar la economía cotidiana y, como señal a Estados Unidos y a los mercados, sostener en el tiempo este nuevo perfil de seriedad y consenso exhibido el domingo en el búnker. En esta línea debería incluirse la aprobación de un Presupuesto, después del 10 de diciembre, con un Congreso más favorable.
En el nuevo Parlamento, Bullrich será una figura central. Seguramente ocupará un lugar clave en el Senado, ya sea como jefa de bloque o presidenta provisional, para contrarrestar el peso de Victoria Villarruel. Entre sus principales tareas estará la construcción de consensos en una Cámara Alta más equilibrada, para impulsar las leyes del gobierno y frenar las opositoras.
A partir del 10 de diciembre se espera que las leyes inicien su recorrido en el Senado y, con la media sanción aprobada, tengan un tránsito mucho más sencillo en Diputados, donde habrá un empate marcado entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza.
Para 2027, Bullrich se perfila como candidata a Jefa de Gobierno y Santilli —tras ganar dos de las últimas tres elecciones legislativas en Buenos Aires— para la gobernación bonaerense. Son conversaciones que están en marcha, aunque con dos años por delante, esos escenarios parezcan casi ciencia ficción.
El rol del PRO
El diputado electo Fernando de Andreis destacó, en diálogo con El Observador, el “liderazgo positivo” de Mauricio Macri por haber apoyado y acompañado al gobierno sin exigir nada a cambio. Por estas horas, en el PRO rechazan la idea de una “fusión” con La Libertad Avanza, por lo que por ahora se mantendrán separadas las identidades en el parlamento. Habrá que ver si se unifican o no en interbloque, aunque el sector amarillo aspira a votar 100% en sintonía con la Casa Rosada, sin divisiones internas.
Desde el PRO esperan que a partir de ahora comience una nueva etapa, no solo en la relación con La Libertad Avanza, sino también con otros espacios y dirigentes dispuestos a colaborar para ayudar al gobierno en su rumbo.
Tras la derrota del 7 de septiembre en Buenos Aires, ya se observaron algunos signos de cambio de actitud que fueron más evidentes con el discurso de Milei este domingo. Se entendió que, para lograr resultados positivos, eran necesarios acuerdos y no atropellos. Un ejemplo claro fue Santiago del Estero: LLA y PRO se presentaron separados, quedando tercero y cuarto, sin ningún senador. De haber alcanzado una alianza, hubieran conseguido el tercer representante de la Cámara Alta.
Respecto a un posible ingreso del PRO al Gabinete nacional, desde el espacio amarillo advierten que no es una decisión propia sino del Presidente. Con el resultado final, todo pasó a depender del gobierno y sus decisiones en este período.
La vía del medio
Especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, sorprendió el nivel de polarización para una elección intermedia. Fue mucho más profundo de lo esperado y, aunque quedó un 20% “suelto”, los ex socios de Juntos por el Cambio no pudieron capitalizarlo.
La Coalición Cívica esperaba un mejor resultado, aunque siempre supo que la elección sería difícil. Quedó apenas por debajo del 2%. Potencia, con Ricardo López Murphy, solo alcanzó el 4%, pese a que sus posibilidades se habían inflado en semanas previas.
Entre los resultados llamativos está Martín Lousteau, representante de Provincias Unidas en la Ciudad. Obtuvo apenas el 6% y logró ingresar a la Cámara de Diputados, donde se espera sostenga el perfil que mostró en el Senado hasta ahora.
En la previa, la alianza Ciudadanos Unidos oscilaba entre 6 y 9 puntos, lo que generó expectativas de que Piera Fernández, segunda en la lista, lograra ingresar. Sin embargo, pese a este resultado que quedó con gusto a poco, Lousteau fue uno de los mejor posicionados del radicalismo en la conformación de gobernadores: Santa Fe, Córdoba y Chubut no sumaron diputados boina blanca. En Buenos Aires, Florencio Randazzo ni siquiera logró ilusionarse con renovar la banca.
