Se concretó la reintroducción de la nutria gigante en nuestro país, algo que representa un antes y un después para la ciencia en la Argentina. El logro tuvo lugar en Corrientes, dentro del Parque Nacional Iberá.
Se trata de una familia completa de nutria gigante que fue liberada en los humedales. El grupo está integrado por Nima, una hembra proveniente del Zoológico de Madrid; Coco, un macho del Zoológico de Givskud, en Dinamarca; y sus dos crías, Pirú y Kyra, nacidas en noviembre de 2024 en el propio parque. Los cuatro ejemplares forman parte del Programa de Especies en Peligro de Extinción de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA).
El acontecimiento es aún más significativo si se tiene en cuenta que los últimos registros de nutrias gigantes en Argentina son de 1986. Durante casi cuatro décadas, este animal clave de los sistemas acuáticos estuvo completamente ausente del país.
“Es la primera vez que se intenta reintroducir a la nutria gigante en un ecosistema donde había desaparecido por completo”, explicó Sebastián Di Martino, director de Conservación de Rewilding Argentina, organización que lidera el proyecto.
Cómo es la nutria gigante y cómo ocurrió su reintroducción en Corrientes
La nutria gigante es el mamífero acuático más grande de América del Sur. Puede alcanzar hasta 1,8 metros de largo y pesar alrededor de 33 kilos. Su rol ecológico es central: como principal depredador acuático de los humedales, se alimenta casi exclusivamente de peces y contribuye a mantener el equilibrio y la salud de los ecosistemas.
Su proceso de reintroducción comenzó a planificarse en 2017 y presentó una serie de desafíos. No existían ejemplares en cautiverio en Argentina ni antecedentes similares en otros países. Fue necesario desarrollar protocolos sanitarios, diseñar recintos de presuelta, entrenar a las nutrias en la pesca con peces vivos y garantizar que el grupo funcionara como una verdadera familia antes de la liberación.
El 30 de junio de 2025, finalmente, las cuatro nutrias fueron liberadas en la Laguna Paraná. Desde entonces, un importante sistema de monitoreo permite seguir sus movimientos y evaluar su adaptación.
