La crisis económica que generó el gobierno de Javier Milei afectó duramente al sector gastronómico, que sufrió una fuerte caída de ingresos. En ese contexto, un icónico restaurante cerró sus puertas.
Tras más de cinco años en el corazón de La Plata, Olibar comunicó el cierre de sus puertas. Sus dueños lamentaron la decisión y valoraron el rol cultural y social que del espacio que dice adiós.
"Con el corazón lleno de agradecimiento queremos compartirles que, después de años de entrega, sueños y esfuerzo, Olibar cierra sus puertas", expresó el dueño en las redes sociales.
En ese sentido, respecto del cierre del lugar en medio de la crisis económica, agregó: "No ha sido una decisión fácil. Las circunstancias impositivas, los obstáculos administrativos y una serie de situaciones ajenas a nuestra voluntad nos pusieron en un camino cuesta arriba".
"Nos despedimos sabiendo que Olibar fue mucho más que un bar: fue un espacio cultural, un punto de encuentro entre generaciones, un lugar donde nacieron amistades y se celebró la vida", agregó el dueño del restaurante comunicando el cierre con tristeza.
Y cerró la carta de despedida destacando que "queda la infraestructura, el alma del lugar". Además, sostuvieron que queda "la posibilidad de que alguien nuevo tome la posta y lo haga brillar nuevamente".
Un histórico restaurante de la Costa cerró sus puertas
Un ícono de la vida costera desapareció el pasado lunes con el cierre definitivo de McBar, un local que durante casi cuarenta años fue mucho más que un simple restaurante en San Bernardo. La noticia, confirmada por la emisora local Punto Uno 96.1, generó una fuerte repercusión entre vecinos y turistas que consideraban el lugar un punto de encuentro habitual.
La historia de McBar comenzó en otra esquina: originalmente funcionaba en Chiozza y Esquiu, donde hoy se encuentra Serafina. Con el tiempo, el local se mudó a la emblemática esquina de Chiozza y Av. San Bernardo, que se volvió su lugar más recordado y emblemático para la comunidad.
El edificio que albergó a McBar no era cualquier construcción: se trataba del antiguo chalet llamado “El Chajá”, propiedad inicial de la familia Chiozza, fundadora del pueblo. Más adelante, pasó a manos del reconocido actor argentino Ángel Magaña y su familia. Entre los años 1995 y 2000, el lugar fue sede de Iguana Wana, hasta que fue renovado para transformarse en McBar.
Con el paso de los años, McBar se convirtió en un espacio mucho más allá de la gastronomía. La despedida del local fue discreta pero emotiva. Primero apareció un cartel de “alquiler” en la esquina, y luego un mensaje manuscrito en los vidrios agradeció a “clientes, proveedores y amigos por tantos años de acompañamiento”.