A Víctor Hugo Longobucco lo conocían en su edificio como un vecino “con algunos problemas” y hasta lo señalaron como que “estaba re loco”, pero nadie pensó lo que podía terminar detenido y a un paso del juicio oral por lo secuestrar a hombres y abusar sexualmente de ellos tras drogarlos. El engaño estaba armado con falsas ofertas de trabajo y la captación de víctimas se hacía en lugares claves como la Plaza Lavalle y la zona del Obelisco, donde hacía un acting para que lo escucharan y así cayeran en la trampa.
Según la investigación que dirigió la fiscal Mónica Cuñarro, Longobucco convenció a su primera víctima, identificada como C.D.A, con conseguirle un trabajo en un estacionamiento y reunirlo con un amigo suyo. Para eso lo citó primero en la Plaza Lavalle y luego, a través de mensajes de WhatsApp lo fue guiando hasta su departamento en la calle Montevideo al 200. El ataque empezó el 29 de abril pasadas las 8 de la noche y la víctima recién pudo escapar del lugar al día siguiente 8.30 de la mañana. Allí, mientras esperaban al supuesto socio, Longobucco le ofreció alimentos y bebidas a la víctima hasta que este perdió el conocimiento.
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En su declaración a la Justicia, la víctima declaró que “en un momento abrió lo ojos por unos segundos y vi que había varias personas, como cinco, vestidos con ropa negra y le dije a Víctor Hugo que ‘ahí había personas’ pero él me contestó ‘ahí no hay nadie’, nuevamente cerré los ojos y volví a perder la conciencia”. Además contó que cuando se despertó se sentía muy mal y notó que era de día y Víctor Hugo estaba sentado en la cama mirándolo de frente; que buscó irse del lugar y que estaba muy descompuesto. Cuando llegó al trabajo, sus compañeros lo asistieron pero como tenía vómitos lo mandaron a su casa. Ese día durmió hasta la noche y cuando despertó no sabía “si había dormido dos o tres días”. A partir de allí, relató, “me empezaron a venir imágenes a la cabeza, me sentía muy mal”. En esas imágenes, la víctima reconoció que había sido abusado sexualmente y que durante días tuvo malestares y dolores hasta que fue primero al Hospital Rivadavia y luego al Hospital Muñiz ya que tenía temor al posible contagio de una enfermedad sexual.
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El segundo caso por el que Longobucco irá a juicio fue un ataque que empezó a las 3 de la tarde del 17 de noviembre de 2024 y se extendió hasta casi las 2 de la madrugada del día siguiente en el mismo departamento de la calle Montevideo. La víctima, identificada como J.M.P., fue captada en la zona del Obelisco. Allí escuchó a un hombre, Víctor Hugo Longobucco, hablar por teléfono cerca suyo porque buscaba un joven para un trabajo de modelo. La víctima, que estaba trabajando como repartidor en bicicleta, se ofreció porque necesitaba trabajar y ganar dinero. El acusado interrumpió esa llamada y habló con la víctima, a quien citó en el departamento. Allí le dijo que se aseara y le proporcionó ropas y maquillajes para iniciar el book de fotos. En medio de las fotos, le ofreció jugo y la víctima perdió la conciencia hasta que se despertó al día siguiente en su casa, a donde no sabía cómo había regresado.
En el expediente, la fiscal Cuñarro explica que la víctima le habían mandado mensajes a su familia y amigos con el lugar al que iba a ir y también el número de teléfono de Longobucco, a quien señaló como el empleador. También les señaló la dirección adonde lo habían citado y fue allí donde la familia acudió en su búsqueda ya que el joven no respondía los mensajes ni los llamados. La madre de la víctima fue con la policía y lo rescataron del lugar cuando estaba totalmente dormido. Longobucco les abrió la puerta y le dijo a la familia que J.M.P. estaba así “porque se fumó un porro”. La víctima logró relatar que “el jugo lo noqueó” y negó que consumiera alcohol porque hacía varios años había dejado de hacerlo ya que fue medicado por un brote psicótico. Poco después, Longobucco le mandó un book de fotos editadas y le cuestionó a J.M.P. que “tenía el departamento lleno de policías”.
Ese relato concuerda con el allanamiento al departamento de Longobucco. Tras las denuncias, la Justicia detuvo al acusado y en el registro de la vivienda secuestraron gran cantidad de medicamentos, donde los peritos destacaron al menos siete que actúan sobre el sistema nervioso central. Además secuestraron el celular del acusado, una computadora, discos externos y una libreta donde Longobucco tenía inscripciones para defenderse de las acusaciones.
Ahora, la Fiscal Mónica Cuñarro pidió que sea llevado a juicio oral acusado de privación de la libertad agravada por el uso de estupefacientes y abuso sexual con acceso carnal. En diálogo con El Destape, la titular de la Fiscalía aseguró que “es necesario que las víctimas pierdan el miedo y se animen a hacer las denuncias y aportar las pruebas, es importante que los varones que puedan ser víctimas no sientan vergüenza”, ya que la hipótesis de los investigadores es que pueden existir más víctimas que aún no lo denunciaron.