Hay una escapada ideal a pocas horas de la Ciudad de Buenos Aires para disfrutar de un fin de semana: se trata de dos lagunas históricas que se convirtieron en una opción perfecta para desconectarse y sumergirse en la naturaleza. Ubicadas en el sur de Santa Fe, reúnen dos joyas del ecoturismo: Laguna Melincué y Laguna La Picasa, ambas reconocidas por su biodiversidad, la abundancia de aves y la posibilidad de disfrutar actividades al aire libre que combinan relajación y aventura.
La Laguna Melincué es el humedal más importante de la región y un sitio clave para el avistaje del flamenco andino. Sus aguas y barros tienen propiedades terapéuticas, lo que le valió el título de Capital del Turismo Termal de Santa Fe. Además de su entorno natural único, conserva un atractivo histórico: las ruinas del antiguo Hotel Balneario, ubicado en la isla Mayor, que fue afectado por las inundaciones de la década del 70.
Por su parte, la Laguna La Picasa se caracteriza por sus múltiples cuerpos de agua y es un destino buscado por pescadores deportivos. Ofrece excursiones guiadas para disfrutar de la pesca y también espacios ideales para contemplar la tranquilidad del paisaje. Ambas lagunas son perfectas para quienes buscan un contacto más directo con la naturaleza sin dejar de lado el confort de ciertos servicios. Cabe resaltar que ambas se pueden visitar todo el año, pero para actividades de sol, playa y deportes náuticos, de diciembre a marzo.
Cómo llegar desde Capital Federal hacia Melincué
Llegar desde Buenos Aires es sencillo. Para Melincué, se puede tomar la Ruta Nacional 8 hasta Hughes y luego la Ruta Provincial 93 hacia el norte, recorriendo aproximadamente 346 km. Para La Picasa, el camino es por la Ruta Nacional 7, en un trayecto de unos 386 km; también existe la posibilidad de llegar en micro o en tren hasta Iriarte, a unos 30 km de distancia.
En cuanto a actividades, Melincué es ideal para practicar windsurf, kitesurf, paddle surf, kayak, natación en aguas abiertas, senderismo y observación de aves. La Picasa, además de su oferta de pesca, es perfecta para quienes simplemente quieren relajarse y disfrutar del entorno. En alojamiento, Melincué cuenta con hoteles, cabañas, camping y buena gastronomía; La Picasa ofrece camping y proximidad a pueblos como Vedia y Rufino, con opciones más amplias de hospedaje.