Aunque no es una de las provincias más mencionadas por el turismo nacional, Chaco cuenta con un "tesoro" de la ciencia que puede visitarse. Este sitio es reconocido mundialmente por su impacto entre la comunidad científica y, lejos de mantenerse alejado de la gente, las autoridades de la provincia habilitaron el lugar para que cada vez más personas puedan conocer, aprender y difundir este espacio.
Se trata de campo de cielo, un sitio ubicado a unos 1000 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, en la frontera entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero. Hace 4.000 años, este lugar fue protagonista de una intensa lluvia de meteoritos, causada por la fragmentación de un asteroide metálico en la atmósfera, y dejó 26 cráteres que hoy forman parte del parque provincial que puede visitarse.
Este singular campo de meteoritos está protegido en la Reserva Natural Cultural Pigüem N’Onaxá, a 12 km de la ciudad de Gancedo, donde funciona un museo al aire libre con más de 300 piezas de hierro extraterrestre distribuidas entre senderos interpretativos, cráteres visibles y un centro de interpretación.
Entre los fragmentos más grandes recuperados se destacan los meteoritos Gancedo (12 millones de kg, hoy el más grande de América) y El Chaco (28.8 toneladas tras su reevaluación), ubicándose ambos entre los más pesados del mundo según registros científicos. Estos dos meteoritos pueden verse en la Reserva, además de visitar el museo con información adicional y varias actividades interactivas para conocer más de este tesoro astronómico.
Un lugar de interés cultural y patrimonio natural
Desde el primer registro colonial en 1576, Campo del Cielo atrajo expediciones en busca del supuesto gran meteorito conocido como “Mesón de Fierro”. Aunque décadas de exploraciones no hallaron ese fragmento, sí permitieron recuperar piezas menores diseminadas por toda la región.
Debido a su gran valor cultural, el lugar sufrió saqueos y robos de meteoritos. Esta situación motivó la sanción de una ley nacional en 2007 que declara estos fragmentos bienes culturales protegidos y penaliza su comercialización ilegal.