Las enfermedades pueden aparecer en cualquier etapa de la vida. Muchas de ellas son silenciosas y afectan a nuestra salud sin saberlo. Es por ello que no hay que desestimarlas, sobre todo porque hay cuatro afecciones que son más recurrentes y no suelen presentar síntomas.
Según el médico Jorge Tartaglione, una de estas enfermedades silenciosas es el hígado graso. Uno de cada tres argentinos sufre de esta afección que no suele presentar síntomas. En general, está vinculado a factores como el sobrepeso, la mala alimentación, la diabetes y el sedentarismo.
“El hígado graso no da síntomas. Primero es la acumulación de grasa dentro de las células del hígado y eso se inflama y cicatriza. Hasta ahí lo podemos revertir. Pero cuando pasa la cirrosis ya es mucho más difícil”, explicó Tartaglione. En este sentido, el cardiólogo resaltó que tener esta condición pueden ser un "factor de rigeso para el infarto de miocardio y ACV".
Cuáles son las enfermedades silenciosas
La segunda enfermedad silenciosa es la hipertensión arterial: “En el 90% de los casos, la presión alta no presenta síntomas”. Según el médico, la salud arterial debería ser tenida en cuenta desde la niñez. “A partir de los cinco años, debemos controlar la presión de nuestros hijos. Siendo adultos, por lo menos una vez al año”, explicó.
Al ser consultado sobre los síntomas que presenta una elevación de la presión arterial, indicó que "casi nunca presenta síntomas, pero lo más cercano a eso es una sensación de inquietud general".
Por esta razón, la presión alta se presenta como un enemigo silencioso. “A quienes por tener un dolor de cabeza o de cuello creen tener la presión alta, decirles que es un mito falso. Siempre hay que consultar con un profesional”, sugirió.
La hepatitis también es considerada por el especialista como una enfermedad silenciosa: “En la Argentina 900.000 personas viven con hepatitis”. En este sentido, uno de cada 20 no sabe que tuvo la afección. Dentro de ese grupo, "el 5% la tiene crónica y tampoco lo sabe”, amplió.
Además de la hepatitis C, hay otras dos variables: la A y la B. “La A viene de la contaminación del agua y la materia fecal. Antes del 2005 era la causa de trasplante más común en el país. Desde la aparición de la vacuna, el trasplante de hígado cayó a 0. La B viene de las relaciones sexuales y la sangre, por ejemplo la trasfusión, los tatuajes o los piercings", explicó.
En último lugar, la salud mental. Hoy el bienestar emocional es fundamental, sobre todo cuando se está expuesto a redes sociales en las que se expresan estándares de vida completamente alejados de la realidad.
“Más de una internación diaria en la ciudad de Buenos Aires es por una crisis mental de los chicos o intento de suicidio”, precisó. Del total de casos, el 55% tiene menos de 15 años y el 77% son mujeres.
En este sentido, “los adolescentes están expuestos a un rendimiento que tiene que ser de diez, la vida perfecta, el cuerpo perfecto y el rendimiento escolar”. Y resaltó que "tienen una presión social, que tiene mucho que ver con las redes sociales”.
