Qué es la amazonia y por qué es tan importante para el planeta

28 de abril, 2025 | 09.00

Este paraíso de biodiversidad alberga millones de especies de flora y fauna, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas. La Amazonía, el pulmón verde del planeta, es mucho más que una vasta selva tropical.

Ubicada en el corazón de América del Sur, la región es clave para el equilibrio ecológico global y para las comunidades que dependen de ella. 

A lo largo de su historia, la Amazonía ha sido testigo de diversos cambios geográficos y climáticos que han dado forma a su singularidad. Sin embargo, hoy en día enfrenta una serie de amenazas que ponen en riesgo su existencia.

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Este artículo explora la fascinante biodiversidad de la Amazonía, su flora y fauna excepcionales. Además, repasaremos las amenazas más graves que enfrenta debido a la actividad humana.

La fascinante Amazonía

La Amazonía no es solo un bosque: es un vasto y complejo sistema ecológico que abarca una serie de hábitats. Desde las zonas húmedas a las más secas, desde las llanuras hasta las montañas, lo que contribuye a su impresionante biodiversidad.

La selva tropical amazónica se extiende a lo largo de nueve países: Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa.

 

La Amazonía alberga más de 10% de las especies conocidas en el mundo, es hogar de miles de plantas, animales y microorganismos, muchos de ellos aún no descubiertos.

 

Su  extensión equivale aproximadamente al 40% de América del Sur, (5.5 millones de kilómetros cuadrados). La región alberga una variedad infinita de especies, muchas de las cuales solo existen en esta parte del mundo.

Qué comprende la Amazonía

La Amazonía es, en términos ecológicos, un bosque tropical húmedo que se encuentra en una región de clima ecuatorial. Su principal fuente de agua proviene de una red hidrográfica inigualable, donde el río Amazonas, el más grande del mundo por caudal. 

El Amazonas es el eje central de esta vasta región. Junto a él, miles de ríos y afluentes recorren la selva, creando un sistema de humedales y bosques inundados que son cruciales para la biodiversidad.

La región también abarca una diversidad de paisajes, que incluye las sabanas y las montañas de los Andes, que se extienden hasta la cuenca amazónica.

En términos geográficos, la Amazonía se formó a partir de la fragmentación de un antiguo supercontinente llamado Gondwana, hace más de 100 millones de años. Desde entonces, su biodiversidad ha evolucionado y adaptado a los cambios climáticos hasta convertirse en uno de los ecosistemas más diversos y resilientes del planeta.

Historia de su formación

La historia geológica de la Amazonía es fascinante y compleja. Durante el período Cretácico, hace unos 100 millones de años, la región que hoy conocemos como la Amazonía era un vasto mar interior.

Al final de este período, las placas tectónicas comenzaron a moverse, lo que permitió la elevación de los Andes y, a su vez, el drenaje del antiguo mar.

Con el tiempo, la región empezó a adquirir las características de un bosque tropical. A medida que la lluvia y el clima cálido favorecían el crecimiento de la vegetación.

La gran diversidad de especies que hoy encontramos en la Amazonía es el resultado de millones de años de evolución. Es un proceso marcado por la adaptación a los diferentes hábitats y condiciones climáticas de la región.

La fauna de la Amazonía

Este ecosistema alberga una de las concentraciones más altas de especies animales del planeta. Muchas están adaptadas a los diversos hábitats que existen dentro de la selva. La fauna de la Amazonía es tan diversa como su flora.

Desde los mamíferos más grandes y poderosos hasta los insectos más pequeños y fascinantes, la Amazonía es un verdadero paraíso para los biólogos y naturalistas.

Mamíferos

Uno de los mamíferos más icónicos de la Amazonía es el jaguar (Panthera onca), el mayor felino de América. Este depredador carnívoro juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico de la selva.

Al ser un depredador ápice, el jaguar regula las poblaciones de otras especies, lo que previene el sobrepastoreo y asegura la diversidad biológica. Su hábitat incluye bosques tropicales y sabanas húmedas, y su agilidad y fuerza lo convierten en uno de los cazadores más eficientes de la región.

El tapir (Tapirus terrestris), un mamífero herbívoro de gran tamaño, es otro de los protagonistas de la fauna amazónica. Aunque tiene un aspecto algo torpe, este animal es un excelente nadador y se alimenta de plantas, frutas y cortezas de árboles.

Los tapires son fundamentales para el ecosistema, ya que ayudan en la dispersión de semillas, lo que contribuye a la regeneración del bosque.

El delfín rosado del Amazonas (Inia geoffrensis), conocido localmente como el boto, es uno de los mamíferos acuáticos más fascinantes de la región.

Habita en las aguas turbias de los ríos del Amazonas. Es conocido por su comportamiento juguetón y su capacidad para adaptarse a las complejas condiciones de su entorno. Este delfín se alimenta de peces, y su color rosado es más pronunciado en los adultos machos.

El monstruo de río o caimán negro (Melanosuchus niger) es una de las especies de caimanes más grandes que habita en la cuenca amazónica. Este reptil puede medir hasta 5 metros de largo y pesar más de 1,5 toneladas.

Si bien no es un mamífero, su papel en el ecosistema de la Amazonía es crucial. Este se encuentra en la cúspide de la cadena alimentaria y controla las poblaciones de peces, reptiles pequeños y mamíferos.

Aves

Se estima que la región alberga más de 1.300 especies de aves, muchas de ellas endémicas. El guacamayo (Ara macao), con su vibrante plumaje rojo, amarillo y azul, es uno de los más emblemáticos.

Estos loros viven en grandes grupos y son conocidos por su inteligencia, además de ser esenciales para la dispersión de semillas, ayudando a mantener el equilibrio ecológico.

Otro ave representativa es el tucán (Ramphastos toco), cuyo pico de colores brillantes es uno de los rasgos más distintivos de la selva amazónica. Este pico es usado tanto para alimentarse como para regular la temperatura corporal.

Los tucanes se alimentan principalmente de frutas, aunque también consumen insectos y pequeños reptiles. Su presencia es fundamental para el ecosistema, ya que ayudan en la dispersión de semillas.

El águila arpía (Harpia harpyja), una de las aves rapaces más poderosas y grandes del mundo, también habita en la Amazonía.

Con un pico imponente y garras fuertes, se alimenta principalmente de mamíferos pequeños y reptiles, y es una de las rapaces más temidas de la región. Su presencia es crucial para el control de las poblaciones de otras especies.

El pavo de monte (Meleagris ocellata), una especie que habita en las densas selvas del Amazonas, es otra ave fascinante. Tiene un plumaje impresionante y una conducta bastante tímida, es esencial para el equilibrio de los ecosistemas de la selva.

Su dieta incluye frutas, semillas y pequeños insectos, y se estima que su presencia contribuye al control de insectos y la dispersión de semillas.

Otro ejemplar es el aguilucho pálido (Buteo plagiatus), un ave rapaz que se encuentra principalmente en las zonas de sabanas tropicales y bosques secos.

Es conocida por su capacidad para cazar pequeños mamíferos, reptiles y aves. Su vuelo acrobático y su visión excepcional le permite localizar presas a gran distancia. Aunque no es tan conocida como otras rapaces, juega un papel importante en el control de la población de pequeños vertebrados.

La hoatzin (Opisthocomus hoazin), un ave peculiar que se encuentra en las márgenes de los ríos amazónicos, es famosa por su sistema digestivo único. Tiene un estómago muy especializado que le permite fermentar las hojas que consume, similar a los rumiantes como las vacas.

A pesar de su extraña apariencia y sus hábitos alimenticios, el hoatzin es un componente clave del ecosistema. Este ayuda a controlar la vegetación en las márgenes de los ríos.

La flora de la Amazonía

Los árboles, plantas y flores que habitan este bosque tropical crean un paisaje impresionante. También desempeñan funciones vitales para el equilibrio de todo el ecosistema, incluso del planeta.

La selva amazónica alberga una gran variedad de especies vegetales, muchas de las cuales aún son desconocidas para la ciencia.

Árboles gigantes

Uno de los aspectos más sobresalientes de la flora amazónica son sus árboles gigantes. Estos majestuosos emperadores verdes se elevan por encima del dosel de la selva y crean un ecosistema propio.

Entre los más conocidos están el cedro (Cedrela odorata), la caoba (Swietenia macrophylla) y el rubber tree o árbol del caucho (Hevea brasiliensis). Estos árboles son conocidos por su tamaño impresionante, esenciales para el ecosistema.

El cedro es una de las especies más codiciadas debido a su madera de alta calidad, utilizada en la fabricación de muebles y otros productos. Sin embargo, su tala ilegal es una de las principales causas de deforestación en la región.

La caoba, una de las maderas más valoradas en el mundo, también está siendo sobreexplotada. Estos árboles son fundamentales para la conservación de la biodiversidad de la región, ya que proveen hábitats a una gran cantidad de especies.

Plantas medicinales

La Amazonía es famosa por su flora medicinal, que ha sido utilizada durante siglos por las culturas indígenas de la región. Muchas de ellas tienen propiedades que aún hoy son aprovechadas en la medicina moderna.

Plantas como la uña de gato (Uncaria tomentosa), el camu camu (Myrciaria dubia) y la guaraná (Paullinia cupana) son solo algunas de las especies con aplicaciones terapéuticas.

La uña de gato es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Actualmente se la utiliza para tratar dolencias como artritis y problemas digestivos.

El camu camu es una fruta que tiene una de las concentraciones más altas de vitamina C en el mundo. Esto la hace valiosa para fortalecer el sistema inmunológico. La guaraná, con sus propiedades estimulantes, se usa en la preparación de bebidas energéticas.

Las amenazas a la Amazonía

A pesar de ser un lugar de una biodiversidad única, la Amazonía enfrenta amenazas cada vez más graves debido a las actividades humanas. ¿Es posible revertir algunos de los procesos ya iniciados?

La deforestación, la minería ilegal, el cambio climático y la expansión de la agricultura son solo algunas de las principales amenazas a las que está expuesta esta región.

La deforestación

La deforestación es, sin duda, la mayor amenaza para la Amazonía. Cada año, se talan miles de hectáreas de bosque para dar paso a la agricultura, la ganadería y la explotación maderera.

La tala ilegal de árboles, impulsada por la demanda de madera preciosa, y la expansión de la frontera agrícola, son las principales causas de la deforestación. Esto destruye hábitats naturales y contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.

La deforestación en la Amazonía tiene un impacto devastador en el clima global, ya que disminuye la capacidad de la selva para absorber carbono. La pérdida de árboles también afecta a las especies animales que dependen del bosque para sobrevivir.

El cambio climático

El cambio climático es otro factor crítico que está afectando a la Amazonía. A medida que las temperaturas globales aumentan, la región está experimentando cambios en sus patrones de precipitación. 

 

Muchas plantas amazónicas tienen propiedades medicinales y se utilizan en la producción de medicamentos y tratamientos para diversas enfermedades.

 

Esto provoca sequías más prolongadas y un aumento en la frecuencia de incendios forestales. Todo esto se traduce en alteraciones de los ecosistemas de la región y poniendo en riesgo a las especies que habitan allí.

La deforestación y el cambio climático conforman un ciclo vicioso. Al perder árboles, la región es más vulnerable a los efectos del cambio climático, y a su vez, el cambio climático acelera la deforestación.

Conclusión 

La Amazonía es, sin lugar a dudas, un paraíso de biodiversidad que juega un papel fundamental en el equilibrio ecológico del planeta. Su fauna y flora son impresionantes, y la región es un reservorio invaluable de recursos naturales.

Sin embargo, la Amazonía se enfrenta a un conjunto de amenazas. La deforestación, el cambio climático y la explotación ilegal, la ponen en riesgo pero también al futuro de toda la humanidad.

Es imperativo que se tomen acciones urgentes para proteger este ecosistema vital. La conservación de la Amazonía no solo es una responsabilidad de los países amazónicos, sino de toda la humanidad.

Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos asegurar que la Amazonía siga siendo el refugio de vida que ha sido durante millones de años. Para seguir leyendo más artículos como este, no dejes de visitar El Destape.

 

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