Cuántas personas fueron asesinadas por Yiya Murano: las víctimas de la envenenadora

El caso de Yiya Murano, conocida como la “envenenadora de Monserrat”, sigue siendo uno de los más recordados de la historia policial argentina.

13 de noviembre, 2025 | 13.06

La figura de María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, más conocida como Yiya Murano, ocupa un lugar central en la historia criminal argentina. Apodada la “envenenadora de Monserrat”, su nombre se asocia a una serie de muertes ocurridas a fines de la década del '70 que aún despiertan interés, al punto de que su historia fue representada en la serie "Yiya", de Flow.

Quién fue Yiya Murano y por qué se la recuerda

Murano construyó una imagen de mujer refinada, amante de las reuniones sociales y de los detalles elegantes. Sin embargo, detrás de esa fachada se escondía una trama de engaños financieros. Según la investigación judicial, pedía dinero a amigas y conocidas con promesas de retornos extraordinarios, en un mecanismo que hoy podría definirse como estafa piramidal.

Cuando las deudas comenzaron a acumularse y las víctimas exigieron devolución, optó por una salida criminal: el uso del cianuro. Preparaba tazas de té y bandejas de masitas finas que se transformaban en armas letales.

Las víctimas de la envenenadora de Monserrat

El 11 de febrero de 1979 murió Nilda Gamba, una de sus amigas cercanas. Pocos días después, el 19 de febrero, falleció Lelia Formisano de Ayala. Finalmente, el 24 de marzo de ese mismo año, Carmen Zulema del Giorgio Venturini, prima de Murano, perdió la vida en circunstancias similares.

El hallazgo de un pagaré a nombre de Yiya en la casa de una de las víctimas llevó a la familia a sospechar de inmediato. Esa pista resultó fundamental para orientar la investigación y abrir un proceso judicial que terminó en condena.

Aunque la Justicia solo acreditó tres crímenes, periodistas de la época, entre ellos Enrique Sdrech, sostuvieron que podría haber al menos diez muertes vinculadas al accionar de la envenenadora. Murano, hasta sus últimos años, negó toda responsabilidad.

Los secretos que se llevó a la tumba

Un pagaré hallado en la casa de una de las víctimas permitió a los investigadores vincular a Murano con los crímenes.

Yiya Murano cultivaba el misterio. En charlas casuales aseguraba haber sido amante de un presidente y hasta deslizó que las muertes de sus amigas se debieron a una mafia de usureros. Nunca se comprobó la veracidad de esas afirmaciones, pero sí dejaron en evidencia su necesidad de mantener el enigma alrededor de su figura.

Se llevó sus secretos a la tumba, entre ellos la verdadera magnitud de su accionar. La posibilidad de que más personas hayan sido víctimas de sus envenenamientos forma parte del mito que la rodea.

Una historia criminal que marcó a la sociedad

El caso de la “envenenadora de Monserrat” trascendió por su crueldad y por la sofisticación de la modalidad empleada. Las muertes se produjeron en un marco de aparente confianza y amistad, lo que hizo aún más impactante el desenlace.

A más de cuatro décadas, la figura de Yiya Murano se mantiene como un ícono del crimen en la Argentina. Sus víctimas confirmadas fueron tres, pero las dudas sobre cuántas personas realmente fueron envenenadas continúan vigentes.

La combinación de ambición, engaño y asesinato convirtió su historia en un ejemplo paradigmático de cómo una estafa financiera pudo derivar en crímenes que dejaron huella en la memoria colectiva.