El calendario de astronomía para junio 2025 presenta una secuencia de espectáculos celestes que promete captar la atención tanto de aficionados como de observadores experimentados. A lo largo del mes, varios fenómenos astronómicos destacarán por su belleza y singularidad, desde alineaciones planetarias hasta lluvias de meteoros y fases lunares especiales.
Venus en máxima elongación: el lucero del alba en todo su esplendor
El 1 de junio, Venus alcanza su máxima elongación occidental, lo que indica que estará en su punto más alejado del Sol desde la perspectiva terrestre. Esta configuración convierte a Venus en uno de los objetos más brillantes del cielo matutino. En esta posición, es conocido como el “lucero del alba”, y su aparición poco antes del amanecer ilumina el horizonte del Este con una intensidad notable. Será una de las mejores oportunidades del año para observar este planeta sin la interferencia de la luz solar directa.
Este evento marca el inicio de una serie de observaciones planetarias que destacan por su claridad visual y su importancia dentro de la dinámica celeste.
Lluvias de meteoros y encuentros cósmicos: junio trae actividad en el cielo
El 7 de junio se registra el pico de la lluvia de meteoros Ariétidas, un fenómeno poco común porque ocurre durante el día. A pesar de la luminosidad solar, algunos meteoros podrían ser visibles justo antes del amanecer, especialmente desde lugares con cielos despejados y escasa contaminación lumínica. Son rápidos, silenciosos y rasgan el cielo brevemente, dejando estelas fugaces.
El 16 de junio, Marte protagoniza una conjunción destacada al acercarse visualmente a Regulus, la estrella más brillante de la constelación de Leo. El contraste de colores entre el brillo azul-blanco de Regulus y el resplandor rojizo de Marte creará una escena impactante en el cielo nocturno, visible poco después del atardecer.
Y para cerrar el mes, el 27 de junio ocurre el pico de la lluvia de meteoros Bootidas. Este evento es famoso por su carácter impredecible: algunos años ofrece docenas de meteoros por hora, mientras que en otros, apenas se detecta actividad. En 2025, las condiciones serán favorables gracias a la escasa presencia lunar, lo que aumenta las posibilidades de observación incluso de los meteoros más débiles.
Luna llena, luna nueva y la aparición de la Vía Láctea
El 11 de junio llega la Luna de Fresa, una de las fases lunares más evocadoras del año. Aunque su nombre sugiere un cambio de color, en realidad proviene de tradiciones de pueblos originarios del hemisferio norte, que asociaban esta luna llena con la temporada de recolección de fresas silvestres. Su resplandor, visible desde prácticamente todo el país, ofrecerá una vista poética del satélite natural en su punto más brillante del mes.
La Luna nueva del 25 de junio traerá consigo cielos completamente oscuros. Esta es una de las mejores fechas del año para observar la Vía Láctea en condiciones ideales, especialmente desde zonas alejadas de los centros urbanos. En ese contexto, el núcleo galáctico se revela con mayor nitidez, mostrando estructuras difusas y complejas que rara vez se perciben con claridad cuando hay luz lunar o contaminación lumínica.
Además, el 22 de junio será el momento óptimo para contemplar la Nebulosa de la Laguna (Messier 8), una región activa de formación estelar situada a más de 5 mil años luz. Desde cielos rurales es posible distinguirla incluso sin instrumentos ópticos, aunque con binoculares o telescopios se aprecia mucho mejor su estructura gaseosa en tonos rosados.