Los pisos de madera son vistosos y lujosos pero al mismo tiempo requieren un tipo de cuidado un poco más sofisticado que los de baldozas. Por ese motivo, una experta en limpieza dio a conocer lo que no hay que hacer para que este tipo de pisos se mantenga siempre sano y estético.
El agua suele ser uno de los principales enemigos de los pisos de madera; los derrames ocasionales o el uso de trapeadores demasiado húmedos pueden deteriorarlos con facilidad, provocando manchas o deformaciones. Sin embargo, según explica la experta Danny Niemela a Real Simple, el verdadero problema no es el contacto ocasional con el agua sino el exceso de limpieza, que a largo plazo termina afectando la estructura y el acabado natural de la madera.
"La mayoría de la gente cree que los suelos de madera son como las baldosas y los friega una o dos veces por semana con una mopa empapada y una solución demasiado fuerte. Eso acabará deteriorando el acabado del suelo mucho más rápido que cualquier derrame ocasional", pronunció la experta en diálogo con el reconocido medio dedicado al hogar y la limpieza. Y cerró: "Te sorprendería la frecuencia con la que un piso que parecía desgastado prematuramente simplemente perdió su capa protectora tras dos años de limpiezas demasiado frecuentes y agresivas con productos a base de amoníaco o con alto contenido de cítricos".
Niemela también señala la importancia de no omitir la limpieza en seco antes de pasar la mopa húmeda, ya que pequeñas partículas o restos de suciedad pueden rayar la superficie al fregar. Además, recomienda levantar los muebles en lugar de arrastrarlos, una práctica esencial para evitar marcas y daños en el acabado del piso. Estos cuidados simples ayudan a conservar la apariencia y la durabilidad de la madera a lo largo del tiempo.
Otros tips para limpiar pisos de madera
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Barrer o aspirar con frecuencia: El polvo y las pequeñas partículas pueden rayar la superficie. Usar un cepillo suave o una aspiradora con cabezal especial para pisos de madera evita daños.
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Elegir productos adecuados: Emplear limpiadores neutros o específicos para madera. Los productos abrasivos o con amoníaco pueden opacar el brillo y dañar el acabado.
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Secar bien después de limpiar: Pasar un paño seco tras el fregado ayuda a eliminar la humedad restante y mantiene el piso brillante y protegido.
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Proteger las zonas de alto tránsito: Colocar alfombras o tapetes en entradas y pasillos reduce el desgaste. También conviene levantar los muebles en lugar de arrastrarlos para evitar rayones.
