Las mamparas llegaron a los hogares de millones de personas en las últimas décadas, desterrando a las clásicas cortinas de baños. A pesar de su practicidad y su aporte estético, uno de los inconvenientes de este producto es la limpieza, ya que suelen quedar vetas en el vidrio.
Para que eso no ocurra solo hay que seguir una serie de pasos fáciles y rápidos que permiten dejar la mampara libre de suciedad y de marcas. A diferencia de las cortinas, este objeto es mucho más higiénico porque se lo puede limpiar más exhaustivamente; a las cortinas se le hacen pliegues difíciles de alcanzar que suelen acumular suciedad y hongos.
Es importante limpiar la mampara del baño con frecuencia porque en su superficie se acumulan residuos de jabón, sedimentos del agua y humedad, que pueden formar manchas opacas, sarro y generarla aparición de hongos. Si no se mantiene limpia, la mampara pierde transparencia y su aspecto se deteriora, afectando la higiene general del baño.
Trucos para limpiar la mampara del baño
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Limpiar después de la ducha: Cuando se termina de bañar, la mampara está húmeda y la suciedad aún no se secó. Pasar un secador de vidrio o un paño de microfibra reduce la formación de sarro y restos de jabón. Es un pequeño hábito que mantiene la superficie impecable día a día.
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Vinagre caliente: Mezclar vinagre blanco tibio con agua en partes iguales y rociar por toda la mampara. Dejar actuar entre 5 y 10 minutos antes de enjuagar. El vinagre desintegra el sarro y devuelve transparencia al vidrio sin necesidad de productos químicos fuertes.
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Bicarbonato para manchas difíciles: Si hay zonas blanquecinas muy adheridas, preparar una pasta con bicarbonato de sodio y un poco de agua. Frotar con una esponja suave, dejando actuar unos minutos. Luego enjuagar bien. Esto remueve la suciedad acumulada sin rayar la superficie.
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Alcohol para el acabado final: Una vez limpia y enjuagada, rociar alcohol común y secar con microfibra. El alcohol evapora rápido, evita marcas de agua y deja un brillo muy nítido en la mampara, como nueva.
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Evitar productos abrasivos: Para cuidar el vidrio o acrílico, no usar fibras duras, esponjas metálicas ni limpiadores demasiado agresivos. Estos pueden dejar rayas permanentes o corroer los marcos y las gomas con el tiempo.
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Secado siempre obligatorio: Aunque se limpie con buenos productos, si el agua queda secándose de forma libre genera esas manchas opacas que cuesta sacar. Por eso es fundamental un secado parejo de arriba hacia abajo para mantenerla siempre clara y reluciente.
