Qué es el cortisol y por qué podría estar afectándote más de lo que pensás

El desequilibrio en los niveles de cortisol puede ser la piedra en el camino que tanto afecta a la salud. Qué es y por qué podría estar afectándote sin que lo sepas.

12 de septiembre, 2025 | 21.36

El estrés es el pan de cada día en la vida de los millones de argentinos. Ya sea por no llegar a fin de mes o los diferentes problemas que van surgiendo en la vida, el caos se adueña del cuerpo. Pero un factor que muy pocos tienen en cuenta y que afecta directamente a la salud mental es el cortisol. Esta hormona es clave en el organismo, pero un desequilibrio en sus niveles puede traer consecuencias negativas.

Qué es el cortisol

El cortisol es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la capa fascicular de la corteza de la glándula suprarrenal. La misma se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucosa en la sangre. Entre sus funciones principales se encuentran el incrementar el nivel de azúcar en la sangre (glucemia) a través de la gluconeogénesis, suprimir el sistema inmunológico y ayudar al metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos.

El cortisol es una hormona que pone en estado de alerta al cuerpo.

Asimismo, la secreción de cortisol es producida por el ritmo circadiano de la hormona adrenocorticotropa (ACTH). En el organismo, aumenta significativamente tras despertar, debido a la necesidad de generar fuentes de energía (glucosa) después de largas horas de sueño, y, al mismo tiempo, aumenta significativamente también al atardecer. Es por eso que, es fundamental por las mañanas ingerir alimento antes de tomar café o mate, para no enviarle al sistema nervioso falsas señales de estrés. De forma similar, no se recomienda consumir aquellas bebidas cerca de la hora de dormir.

Por qué el desequilibrio en cortisol provoca estrés

Cuando los niveles de cortisol permanecen elevados, el organismo interpreta que está bajo amenaza todo el tiempo, aunque no exista un peligro real. Esta situación genera ansiedad, irritabilidad y problemas para dormir. Además, el exceso de cortisol impacta en el sistema inmunológico, debilitando las defensas, y en el metabolismo, favoreciendo la acumulación de grasa abdominal y el aumento de peso.

Por otro lado, el déficit de cortisol tampoco es positivo. Si los niveles son demasiado bajos, la persona puede experimentar fatiga extrema, mareos, depresión y baja tolerancia al esfuerzo. Esto demuestra que tanto el exceso como la falta de esta hormona alteran el equilibrio del organismo y potencian los síntomas de estrés.

Para contrarrestar estos efectos, los especialistas recomiendan adoptar rutinas de sueño regulares, realizar actividad física moderada, practicar técnicas de relajación como yoga o meditación, y mantener una dieta equilibrada. En casos más severos, puede ser necesario un tratamiento médico para restablecer el equilibrio hormonal.