El nuevo rincón verde de Buenos Aires: una calle icónica se renueva con un arroyo oculto y ofertas gastronómicas

Esta parte de la ciudad se renueva por completo y ofrece una escapatoria de la vorágine citadina con varias propuestas.

02 de diciembre, 2025 | 18.52

En pleno corazón de la ciudad de Buenos Aires, una vieja calle con historia comenzó a transformarse: ya no será solo tránsito o rutina, sino un espacio verde, con naturaleza, agua, aunque escondida bajo tierra, y una propuesta gastronómica para redescubrirla. Así, lo que era una vía tradicional de barrio, se reimagina como un refugio urbano distinto.

Se trata de Avenida García del Río, precisamente el tramo que va desde Cabildo hasta Pinto, en pleno barrio de Saavedra, justo donde se encuentra el Parque Saavedra. La iniciativa busca devolverle a ese rincón porteño un aire renovado: con árboles, espacios para caminar, bancos o áreas de descanso, y una atmósfera más tranquila. El nuevo diseño prioriza lo verde, lo natural, lo vivible: un respiro para quienes transitan la ciudad. 

Antes de ser calle, García del Río era el camino natural del arroyo Medrano, uno de los cursos de agua más importantes del norte porteño. El arroyo atravesaba Belgrano, Núñez y Saavedra, desembocando finalmente en el Río de la Plata. A principios del siglo XX, como ocurrió con casi todos los arroyos porteños, el Medrano fue entubado y ocultado bajo capas de asfalto. La ciudad creció encima y su cauce se transformó en una calle, pero el arroyo siguió allí.

Cómo se renueva esta zona emblemática de la ciudad

Hoy, esa historia subterránea vuelve a cobrar relevancia: el Gobierno porteño anunció la reconversión de García del Río en un corredor verde que recuperará parte del espíritu natural del antiguo arroyo. El proyecto incluye:

  • nuevas áreas parquizadas,

  • veredas anchas y arborizadas,

  • ciclovías continuas para conectar barrios,

  • zonas de descanso,

  • y un polo gastronómico que buscará revitalizar el movimiento cultural y comercial del corredor.

En otras palabras, la calle vuelve a dialogar con su origen: será un espacio lineal donde la naturaleza vuelve a ocupar un lugar central, esta vez sin riesgos hídricos pero con el recuerdo del Medrano como protagonista invisible.

Lo más interesante del proyecto es que no se trata solo de sumar verde, sino de rescatar la identidad histórica del lugar. García del Río siempre fue una calle distinta: más angosta, más sinuosa, más arbolada en algunos tramos. No fue diseñada desde un plano cuadriculado: fue heredada de un paisaje previo a la urbanización.