Giorgio Armani, el "rey" de la moda italiana que revolucionó la moda masculina

04 de septiembre, 2025 | 11.59

Todo empezó con la chaqueta. Giorgio Armani retorció y magulló la angulosa prenda -arrancando el relleno, ajustando las proporciones, moviendo los botones- hasta que le quedó algo flexible como un cárdigan, ligero como una camisa.

"Eliminar toda rigidez de la prenda y descubrir una naturalidad inesperada", como él mismo dijo años después. "Fue el punto de partida de todo lo que vino después".

Su reinvención de la chaqueta en los años 70 -un estudio de la despreocupación- iba a ser su declaración de intenciones como diseñador de moda.

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Para él, la elegancia significaba sencillez. Ese principio, aplicado con gran éxito a lo largo de cinco décadas de carrera, daría lugar a los trajes minimalistas más vendidos y convertiría su marca homónima en un vasto conglomerado de alta costura, prêt-à-porter, perfumes e interiores para el hogar.

Conocido por los admiradores de la industria como "Re Giorgio", el Rey Giorgio, Armani se convirtió en sinónimo del estilo italiano y ayudó a vestir a una generación de mujeres de éxito, así como a hombres que deseaban un atuendo menos recargado.

Combinó el estilo del diseñador con la atención al detalle del ejecutivo, dirigiendo un negocio que generaba miles de millones de dólares en ingresos cada año y contribuyendo a convertir la moda italiana contemporánea en un fenómeno mundial.

Pese a ser uno de los diseñadores más importantes del mundo, protegió con cuidado su intimidad y mantuvo un férreo control sobre la empresa que creó, conservando su independencia y trabajando con un grupo reducido y de confianza formado por miembros de su familia y asociados de larga data.

Armani, un hombre apuesto de penetrantes ojos azules y pelo plateado, solía decir que el objetivo de la moda era hacer que la gente se sintiera bien consigo misma, y arremetía contra las líneas rígidas y recargadas que tradicionalmente definían la alta costura.

"Es una debilidad mía que afecta tanto a mi vida como a mi trabajo", declaró en 1990 a "Made in Milan", el documental de Martin Scorsese sobre él. "Siempre estoy pensando en añadir o quitar algo. Sobre todo en quitar algo. No soporto el exhibicionismo".

Armani falleció a los 91 años, según informó su compañía sobre su fundador y presidente ejecutivo, sin precisar la causa de la muerte. "Trabajó hasta sus últimos días, dedicándose a la empresa, a las colecciones y a los numerosos proyectos en curso y futuros", señaló la firma, añadiendo que el funeral se celebrará en privado.

A MILÁN

Giorgio Armani nació en 1934 en Piacenza, una ciudad del corazón industrial del norte de Italia, cerca de Milán, uno de los tres hijos de Ugo Armani y Maria Raimondi. Su padre trabajó en la sede del partido fascista local antes de convertirse en contable de una empresa de transportes. Su madre era ama de casa.

Pese a sus escasos medios, sus padres poseían una elegancia interior, contó Armani a "Made in Milan", y el sentido del estilo de Maria brillaba en la ropa que confeccionaba para sus tres hijos. "Éramos la envidia de todos nuestros compañeros de clase. Parecíamos ricos a pesar de ser pobres", señaló.

De niño vivió las penurias de la Segunda Guerra Mundial. En su autobiografía, "Per Amore" ("Por amor"), cuenta cómo se metió en una zanja y cubrió a su hermana pequeña Rosanna con su chaqueta cuando un avión empezó a disparar sobre ellos.

La familia se trasladó a Milán después de la guerra. Al principio, la ciudad le pareció muy fría y grande, aunque pronto llegó a apreciar su discreta belleza, según le contó a Scorsese.

Sería el comienzo de una relación que duraría toda la vida. En Milán desarrolló un amor por el cine que más tarde influiría en su carrera. Desde allí dirigió su grupo de moda y contribuyó a convertir esta ciudad industrial y poco glamurosa en la capital italiana de la moda.

Armani estudió medicina, pero la abandonó tras dos años de universidad y luego hizo el servicio militar. Dio sus primeros pasos en el mundo de la moda -que nunca estudió formalmente- cuando le ofrecieron un trabajo en los famosos grandes almacenes La Rinascente para ayudar a vestir los escaparates.

Su primera gran oportunidad le llegó con una invitación para trabajar para el diseñador italiano Nino Cerruti a mediados de los sesenta. Allí empezó a experimentar con la deconstrucción de la chaqueta.

"Empecé en este oficio casi por casualidad, y poco a poco me fue atrayendo, robándome la vida por completo", declaró a la publicación especializada Business of Fashion en 2015.

"UNA ESPECIE DE ORGASMO"

Como diseñador no tardó en aprovechar dos tendencias importantes de la sociedad occidental de fines del siglo XX: un papel más destacado de la mujer y un enfoque más fluido de la masculinidad.

"Tuve la sensación de lo que estaba ocurriendo -las mujeres pasando a un primer plano en el trabajo, los hombres aceptando su lado blando- al principio de mi carrera, y ésa fue la base de mi éxito", dijo Armani en una entrevista con la revista Esquire con motivo de su 90 cumpleaños, en 2024.

Armani debutó con su primera colección de ropa masculina en 1975 y pronto se hizo popular en Europa. Cinco años más tarde, se ganó el corazón de la alta sociedad estadounidense cuando vistió a Richard Gere para la película "American Gigolo" en 1980, iniciando una larga asociación con Hollywood.

Ese mismo año, los grandes almacenes de lujo Bergdorf Goodman se convirtieron en los primeros de Estados Unidos en abrir una boutique Armani para mujeres, lo que aseguró el alcance transatlántico del diseñador.

En 1982, la revista Time le dedicó su portada bajo el titular "Giorgio's Gorgeous Style".

Perfeccionista confeso, el diseñador supervisaba todos los detalles, desde la publicidad hasta el peinado de las modelos. A menudo decía que no veía la hora de que terminaran los fines de semana para volver al trabajo.

"Nunca me he drogado, pero para mí la oleada de adrenalina que me produce el trabajo es mejor que cualquier alucinación o subidón artificial. Es una especie de orgasmo (si se me permite la expresión)", escribió en "Per Amore".

En octubre de 2024 declaró al Corriere della Sera italiano que pensaba jubilarse en los próximos dos o tres años, ya que acababa de cumplir 90 años. El tratamiento hospitalario de una enfermedad no revelada le obligó a ausentarse de los desfiles de moda por primera vez en su carrera en junio y principios de julio de este año.

"ME HIZO VER EL MUNDO MÁS GRANDE"

Armani fundó su empresa con su compañero sentimental Sergio Galeotti, a quien conoció durante un fin de semana de verano en la localidad toscana de Forte dei Marmi en 1966.

"Fue Sergio quien creyó en mí", declaró Armani a la revista GQ en 2025. "Sergio me hizo creer en mí mismo. Me hizo ver el mundo más grande".

Galeotti, que tenía sida, murió en 1985 a los 40 años, dejando a un angustiado Armani al frente del negocio en solitario, con la ayuda de su familia y de su socio de muchos años Leo Dell'Orco.

"No lo dudé, aunque era desalentador y sabía que tendría que aprender nuevas habilidades", declaró al diario británico The Times en una entrevista de 2019. "Salió bien", añadió, con eufemismo.

(Reporte adicional de Claudia Cristoferi y Elisa Anzolin en Milán; editado en español por Natalia Ramos)