El martes por la noche, Fito Páez protagonizó un recital cargado de tensiones en el predio Costa 21 de Lima. Lo que debía ser un repaso festivo de su gira Páez Tecknicolor terminó marcado por fallas técnicas y un público que no respondió como el artista esperaba. “Esto parece un cementerio y no un concierto de rock”, lanzó visiblemente molesto en medio del show.
El músico salió a escena pasadas las 21 horas, vestido de traje y con su característico carisma. Frente al piano, abrió con clásicos como El mundo cabe en una canción y 11 y 6. A medida que avanzaba la lista de temas, buscó conectar con la audiencia: “Enciéndanse unos a otros. Esto no es un espectáculo para ver, se tiene que vivir”. Sin embargo, según relatan medios locales, muchos permanecieron grabando con sus celulares y el clima no despegaba.
Con el correr de la noche, la incomodidad de Páez fue en aumento. Primero apuntó contra la producción: “Prendé todo, Gerónimo, prendé a la gente, prendela toda”. Luego, descargó su frustración contra la falta de entusiasmo en las tribunas: “Hay una mierda cósmica que los está durmiendo a todos. Aquí se viene a vivir y a gozar”.
Los problemas técnicos con las luces y el sonido se sumaron a la tibia respuesta del público. Páez se detuvo varias veces a hablar con los técnicos, pidió disculpas y volvió a insistir: “Sepan disculpar, parece un cementerio esto, no va con una fiesta de rock”.
Cómo cerró Fito Páez su polémico concierto en Lima
Ya sobre el final, decidió levantar la temperatura con A rodar mi vida y Mariposa Technicolor, logrando algo de energía entre los presentes. Sin embargo, la molestia seguía latente. Antes de interpretar Ciudad de pobres corazones, pateó un atril y arrojó vasos al suelo. La letra de ese clásico, convertida en catarsis, fue la elegida para cerrar la noche. Con el último acorde, Fito se despidió con un mensaje contundente: “Salud, dinero y amor para todo el mundo. Y a despertar, que el mundo está vivo”.