El 8 de septiembre se cumplió el tercer aniversario de la muerte de la reina Isabel II, una figura inseparable de sus corgis, perros que formaron parte esencial de su imagen pública durante décadas. La monarca llegó a tener más de 30 perros de esa raza en su vida, siendo Muick y Sandy los últimos que la acompañaron en sus días finales en Windsor.
Luego del fallecimiento de Isabel en septiembre de 2022, surgió la pregunta sobre el destino de estos dos perros tan emblemáticos. Finalmente, se confirmó que Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés y duquesa de York, sería la encargada de cuidar a Muick y Sandy, asegurando que continúen recibiendo el cariño y atención que merecen.
Tras la muerte de Isabel, Muick y Sandy se mudaron a Royal Lodge, la residencia de Sarah Ferguson, donde viven junto a otros perros y disfrutan de una vida tranquila y feliz. Así, estos corgis continúan siendo parte de la historia real y mantienen vivo un símbolo icónico del reinado de Isabel.
El vínculo de la reina Isabel con sus perros
Siguiendo una tradición de respeto y cuidado, Sarah compartió un emotivo mensaje este 8 de septiembre sobre el bienestar de los corgis y recordó la memoria de la reina: “Hoy se cumplen tres años de la muerte de HM Reina Isabel II. Su Majestad será amada para siempre, siempre extrañada y nunca olvidada. No pasa un día que no piense en la amabilidad que me mostraron sin descanso, en las buenas y en las malas. Cuidar de los queridos corgis de Su Majestad es un honor y un recordatorio diario de los tiempos que compartimos juntos”.
La relación de Isabel con los corgis comenzó en 1933, cuando con apenas siete años jugó con un corgi en la casa del marqués de Bath. Poco después, su padre, el rey Jorge VI, le regaló a Dookie, el primer perro de esta raza que acompañó a la reina, dando inicio a una tradición familiar que duró décadas.
Entre los corgis más recordados están Jane, Crackers y Susan, este último un regalo que Isabel recibió a los 18 años y que la acompañó incluso en su luna de miel. Susan fue la fundadora de un linaje que se mantuvo durante el reinado de Isabel, que se extendió por más de 70 años.
Los corgis no fueron simples mascotas para la familia real: tenían sirvientes dedicados, un espacio especial en el Palacio de Buckingham y un menú adaptado a sus necesidades, con carnes y porciones según su edad y salud. Sin embargo, en 2012 la reina decidió dejar de criar corgis, siendo Willow en 2018 el último descendiente directo de Susan.
Durante la pandemia, para acompañar a Isabel en un momento difícil marcado por la crisis sanitaria y la hospitalización del duque de Edimburgo, el príncipe Andrés le regaló dos cachorros: Muick y Fergus. Lamentablemente, Fergus falleció poco tiempo después, y entonces Sandy se sumó a la familia real para hacerle compañía a la reina.