Cuando aparece el antojo de algo crujiente, sabroso y liviano, nada mejor que unos grisines caseros de zanahoria y batata: una opción saludable, rica en nutrientes y perfecta para acompañar tus momentos de pausa. Esta receta se destaca por combinar sabor, textura y beneficios antiinflamatorios. Además, lo mejor de todo es que puede hacerse en casa y en cuestión de pocos minutos.
El secreto está en el puré de zanahoria y batata, que aporta humedad natural, dulzor sutil y un intenso color naranja que invita a probarlos. A este base se le añaden otros condimentos que ayudan a unir la masa y a realzar el sabor. El resultado: un snack saludable, lleno de fibra y perfecto para acompañar las picadas.
La bondad de esta receta va más allá del sabor. Zanahoria y batata son fuentes potentes de antioxidantes como beta-carotenos y compuestos antiinflamatorios que ayudan a combatir el estrés oxidativo. Incorporar esta dupla en tu merienda es un aporte nutritivo que, además de cuidar tu salud, suma color y placer a tu dieta cotidiana.
Ingredientes y paso a paso
Ingredientes
-
1 zanahoria mediana cocida
-
1 batata pequeña cocida
-
1 cucharada de mostaza
-
1 cucharada de aceite de oliva
-
150 g de harina integral o de avena (podés ajustar la cantidad según la humedad del puré)
-
Sal y especias a gusto (romero, pimentón, orégano)
Preparación
-
Hacés un puré con la zanahoria y la batata cocidas hasta que quede bien liso.
-
Incorporás la mostaza, el aceite de oliva, la sal y las especias que prefieras.
-
Agregás de a poco la harina hasta formar una masa suave y manejable.
-
Estirá la masa con un palo de amasar y cortá tiras finas para dar forma a los grisines.
-
Llevá a una placa con papel manteca y horneá a 180 °C durante 20-25 minutos, hasta que estén dorados y crocantes.
-
Dejalos enfriar y consumir. También se pueden guardar en frascos herméticos para mantener su textura.