No es casual que el crumble de manzana aparezca siempre entre los mejores postres en rankings gastronómicos internacionales. Su magia está en el contraste: la base crocante, el relleno tibio y especiado de manzanas, y la cubierta arenosa que se deshace en la boca. Acompañado de helado o crema batida, es una receta que atraviesa generaciones.
En este país, Cocineros Argentinos popularizó su versión fácil y casera, perfecta para quienes buscan sorprender en la cocina sin complicarse. En tiempos en el que los sabores hogareños vuelven a ser tendencia, el crumble se instala como símbolo del confort food.
Los ingredientes para preparar crumble de manzana
La lista es corta y accesible: harina, manteca, azúcar, huevo, esencia de vainilla o ralladura de limón para la base; manzanas verdes, canela y un toque opcional de rhum o calvados para el relleno; y una cubierta de harina, manteca y azúcar mascabo.
Opcional, pero casi obligatorio: azúcar impalpable y una bocha de helado de americana.
Cómo hacer crumble de manzana en cinco pasos
- Preparar la masa: unir manteca, azúcar, huevo y esencia. Agregar harina hasta lograr una masa suave. Enfriar media hora y luego estirar sobre un molde. Blanquear en horno suave 15 minutos.
- Saltear el relleno: cocinar las manzanas en manteca con azúcar y canela hasta que estén tiernas.
- Armar la cubierta: desmenuzar manteca fría con harina y azúcar hasta lograr un arenado.
- Ensamblar: cubrir la base con el relleno y espolvorear con la cubierta.
- Hornear y servir: 30 minutos a 170°, desmoldar, espolvorear con azúcar impalpable y acompañar con helado o crema.
Consejos para un crumble perfecto
- Usá verdes (Granny Smith) porque aportan acidez que equilibra el dulzor. Si mezclás con alguna roja, sumás textura y contraste.
- No te limites a la canela: probá con nuez moscada, clavo de olor en polvo o un chorrito de rhum/calvados. Eso le da un toque sofisticado.
- La manteca de la cubierta debe estar fría. Trabajala rápido con la harina y el azúcar hasta lograr granitos: si se derrite demasiado, perdés crocante.
- Blanquear la base es clave para que no se humedezca con el relleno. Poné peso encima (porotos, garbanzos, arroz) para que no se infle.
- Le da un sabor más profundo y un color dorado que el azúcar común no logra. Si no tenés, podés mezclar blanca con un poco de miel.
- El horneado es mejor entre 25 y 35 minutos a 170°. El crumble no se tiene que “dorar como una galletita”, sino apenas tostarse y quedar crocante.
- El crumble alcanza su gloria cuando todavía está tibio. Una bocha de helado de americana o crema batida fría encima hace la diferencia.
- Si querés darle impronta argentina, probá sumarle nueces o almendras picadas.