La próxima vez que vayas a tirar la cáscara de una banana, pensalo dos veces, porque puede ser que tengas oro en tus manos. Si lo mezclás con vinagre, obtenés unas preparación que hace milagros, incluso, con las plantas que están más cerca de ser desechadas que de brillar en la primavera. A continuación te contamos cómo preparar esta mezcla, sus beneficios y cómo utilizarla.
Para qué sirve mezclar cáscaras de banana con vinagre
Mezclar cáscara de banana con vinagre da resultados milagrosos en las plantas del jardín. El vinagre acelera la descomposición de la cáscara de banana, que de esta forma libera más rápido su potasio, fósforo y magnesio. Pero, ¿en qué ayuda a las plantas? Esta combinación es favorable para bajar el pH del suelo, algo fundamental si se quiere que las plantas crezcan de manera fuerte y sana. En concreto, funciona como fertilizante.
Cómo utilizar este fertilizante natural
Para utilizar este fertilizante natural, que surge de combinar cáscara de banana con vinagre, solo hay que derramarlo sobre la tierra de la planta en cuestión. Lo mejor es hacerlo al momento de la plantación, ya que esto permitirá que crezca fuerte desde la raíz. De todas formas, es una gran opción para mejorar la salud de aquellas plantas que se han visto dañadas, aunque siempre hay que tener presente proporcionarles el agua, sol y ambiente correspondiente a cada tipo.
De manera resumida, los pasos a seguir son los siguientes:
- Juntar las cáscaras: primero hay que guardar las cáscaras de banana en un recipiente limpio.
- Agregar vinagre: cubrirlas con vinagre blanco o de manzana. Asegurate de que queden completamente sumergidas.
- Reposar: dejar la mezcla en reposo por al menos 48 horas. Durante ese tiempo, los nutrientes se liberan.
- Diluir con agua: antes de usarla, mezclar el líquido con agua en partes iguales. Así se evita que el vinagre afecte el suelo.
Otra manera de fortalecer la salud de tus plantas es preparando un compost. La cáscara de banana también sirve para esta clase de fertilizantes. A la hora de cocinar, no tirés aquellas o cualquier resto de fruta o verdura, como cáscara de papa, o, incluso, la del huevo. A continuación te contamos cómo preparalo:
- Prepará la compostera: si usás un balde, hacele agujeros en la base y en el cuerpo para facilitar el drenaje y la ventilación.
- Iniciá con capas secas: colocá una capa de material "marrón" (hojas secas, cartón troceado) en el fondo para empezar.
- Añadí material húmedo: agregá restos de cocina y otros materiales "verdes".
- Creá capas alternadas: seguí alternando capas de materiales "verdes" y "marrones".
- Mantené la humedad: asegurate de que la mezcla esté húmeda, pero no empapada. Si se seca, agregá un poco de agua.
- Aireá la mezcla: revolvé el compost cada pocos días con una pala o rastrillo para aportar oxígeno y acelerar la descomposición.
- Cosechá el compost: el abono estará listo para ser usado cuando esté oscuro y tenga un olor a tierra. Esto puede tardar de uno a cuatro meses, dependiendo de la temperatura.