Diego Torres es una de esas figuras que parecen haber estado siempre ahí, acompañando cumpleaños, actos escolares, campañas solidarias y momentos históricos con canciones que se instalaron en la memoria colectiva. Pero detrás del artista, del actor y del compositor, está Diego Antonio Caccia Torres, su nombre real, un legado familiar que conecta con una de las dinastías más queridas del espectáculo argentino.
Nacido el 9 de marzo de 1971 en Buenos Aires, Diego fue marcado desde la cuna por el arte. La ascendencia de su madre, Lolita Torres, una de las voces más emblemáticas del país, y la presencia de su padre, Julio César Caccia, delinearon un camino que él mismo terminaría de construir con talento, disciplina y un carisma único.
Los primeros pasos: un niño del espectáculo
El artista debutó casi sin darse cuenta. A los cuatro años ya estaba sobre un escenario tocando el charango en un espectáculo de su madre. Aquella experiencia fue apenas un anticipo. Luego de vivir seis meses en Estados Unidos, descubrió que su futuro estaba en la música.
En 1988 formó su primera banda, La Marca, con la que comenzó a dar sus primeros pasos profesionales. Un año más tarde apareció en televisión con la comedia Nosotros y los otros, lo que dio inicio a la otra faceta que lo acompañaría toda su vida: la actuación.
La explosión televisiva y la llegada del éxito musical
El nombre de Diego Torres se volvió reconocido masivamente en 1991 con La Banda del Golden Rocket, una serie juvenil que definió a toda una generación y lo catapultó al estrellato. Ese mismo año, La Marca se disolvió y Diego comenzó su carrera solista.
En 1992 grabó su primer álbum, Diego Torres, con la producción de Cachorro López. Fue un éxito rotundo: triple platino y más de 200 mil copias vendidas. Pero su consagración musical llegó con Tratar de estar mejor (1994), que vendió 700 mil unidades solo en América.
Su carrera continuó en ascenso: participó en homenajes internacionales, lanzó discos grabados entre Los Ángeles e Italia, filmó películas como La Furia y siguió sumando hits.
Color Esperanza: cuando una canción se vuelve un país
En 2001-2002 llegó lo que sería el mayor hito de su carrera: Color Esperanza, del álbum Un mundo diferente. La canción trascendió fronteras, se convirtió en símbolo de resiliencia en plena crisis argentina y fue traducida a varios idiomas. La interpretó incluso ante el Papa en Italia y escaló rankings en toda Latinoamérica.
A partir de entonces, Diego Torres consolidó una carrera versátil: MTV Unplugged, discos propios, giras internacionales, colaboraciones con artistas como Vicentico, Julieta Venegas, Joaquín Sabina, Juan Luis Guerra, Rubén Blades y Lali, además de actuaciones en cine, televisión y campañas solidarias.
Una trayectoria que sigue creciendo
Desde 2010 hasta hoy, Torres lanzó álbumes como Distinto, Buena Vida, Sinfónico y Atlántico a pie, llenó el Luna Park y el Movistar Arena, participó de la Copa América, los Juegos Olímpicos y proyectos de UNICEF. En 2024 y 2025 siguió estrenando singles, colaboraciones y preparando su gira Mejor que ayer 2025 por España y Argentina.
Su nombre completo, Diego Antonio Caccia Torres, aparece en documentos oficiales, pero su identidad artística se convirtió en una marca cultural que trasciende generaciones.
