Nicolás Teté, cineasta y escritor argentino, publicó Aplausos, su segundo libro de cuentos bajo la editorial Blatt & Ríos. En los 20 cuentos que componen la antología el autor reivindica lo popular, el espectáculo y los chismes -tal como en Nada nos puede pasar, su libro anterior- a través de personajes que buscan el reconocimiento. Una influencer que un día pierde a todos sus seguidores, una familia que gana un millón de dólares en el programa de Susana Giménez, una vieja vedette de los noventa que quiere recuperar notoriedad, una amiga que intenta convencer por WhatsApp a otra para que se meta en algo que parece una estafa piramidal, son algunas de las historias que propone el joven autor. En diálogo con El Destape, Teté habla de referentes en la literatura, cine argentino, su próxima película y devela el origen de uno de sus nuevos cuentos.
Tus cuentos van a hacia una narrativa queer contemporánea, algo que me es difícil encontrar no así en poesía. ¿Compartís esta mirada?
- Sí. Así como me gusta que los lectores se identifiquen con lo que escribo, yo busco verme representado en las cosas que leo. A veces me cuesta encontrar literatura queer contemporánea… mismo cuando me preguntan por algunos textos o libros que siento emparentados con mi narrativa, me cuesta un poquito definir por qué lado va porque siento que lo que hago es particular, auténtico. Escribo lo que tengo ganas y me divierte. Así y todo, siento que mis cuentos están emparentados con las novelas de Dani Umpi
¿Por qué?
- Porque es uno de los primeros autores que leí por fuera de lo que me mandaban a leer en la escuela o de los bestsellers que leí en mi adolescencia. El primer recuerdo que tengo de cuando me mudé a Buenos Aires fue ir a una librería muy específica para comprar Miss Tacuarembó y encontrarme con una lectura muy diferente a lo que venía acostumbrado…. que en ese momento era la novela Abzurdah, de Cielo Lantini.
Uno de los cuentos de Aplausos hace referencia a tu encuentro con una diva. No pude no pensar en tu documental La vida sin brillos, ¿esa diva que retratás es Beatriz Salomón?
- Sí, es Beatriz. Ese cuento surgió de mi experiencia dirigiendo La vida sin brillos junto a Guille Félix. Ambos fuimos a ver la obra Extinguidas, de José María Muscari, porque yo tengo un interés muy grande por lo popular y por las grandes celebridades de la televisión, y cuando salimos del teatro pensamos en la idea de hacer un documental. Con una caradurez total le escribimos por Facebook a Muscari, diciéndole “somos directores de cine y queremos hacer una película sobre Extinguidas”, y él accedió de inmediato a que nos tomáramos un café y aceptó la propuesta, pero nos avisó que antes iba a hablarlo con las actrices para ver si todas estaban de acuerdo. La experiencia fue un loco, porque tuvimos la posibilidad de entrar muy rápido en los camarines de estas divas que al principio entendieron el documental como un homenaje a Muscari más que a ellas. Ahí surgió la idea de meternos en la intimidad de cada una, hasta donde nos permitían.
El cuento de la diva es un homenaje, está inspirado en ella y en las visitas a su casa, que me impactaron. Fui dos veces… era un viaje en el tiempo, un monumento a su carrera.
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Lo que se viene: una película de gays que apuestan a la monogamia
Este año estrenás nueva película en cines…
- Sí, la película se llama Lo que escribimos juntos y trata sobre un escritor que está en pareja con otro chico y dejan Buenos Aires para irse a vivir a las afueras, en un pueblo. Mariano siempre quiso tener un vivero y aprovechando que el trabajo de escritor de Juan está más asentado por el éxito de su última novela, decide hacer ese cambio. Mientras se acomodan a la nueva rutina, reciben la visita de la mejor amiga de Juan, quien trae una noticia y varias preguntas. Lo que escribimos juntos es una historia de una pareja gay, monógama, con varios años de relación, adaptándose a un gran cambio en sus vidas.
¿La película tuvo un recorrido en festivales?
- Sí, está teniendo recorrido: el año pasado pasó por el Festival Mix de Brasil, el de Palm Springs y ahora va a proyectarse en un festival en la India. Se está moviendo tranqui, yo creo que hay una resistencia a las películas de parejas monógamas gay y por eso cuesta un montón presentarlas.
Llega en un momento crítico para el cine argentino…
- Está siendo muy difícil, yo agradezco haber filmado en agosto del 2023 antes de que explotara todo. Hoy mi última película sería imposible de hacer, estamos en un contexto que nos desmotiva a todos los que nos dedicamos al cine.
¿En algún momento pudiste vivir solo del cine y la literatura?
- Sí, y eso es lo que más tristeza me genera porque sé que es posible vivir como un trabajador de la cultura y sin tener grandes éxitos, pero con la sumatoria de estar haciendo cine, teatro y literatura a la vez. Pero bueno, ahora es todo diferente… el año pasado me comí todos los ahorros. Ahora me pasa que me encuentro pensando otras opciones de negocios, como potenciar los talleres de escritura que doy todos los años. Esa es mi entrada económica más importante de este momento. Lo más importante de este presente es que no te agarren bajones cósmicos porque si bien estoy con muchos “proyectitos”, nunca es suficiente y hoy nos quema el día a día tratando de hacer malabares para llegar a pagar las expensas. En este marco creo que la salida del libro es un empuje de motivación creativa para no aflojar.
Sobre Nicolás Teté
Nicolás Teté nació en Villa Mercedes, San Luis, en 1989. Es Licenciado en Dirección Cinematográfica egresado de la Universidad del Cine de Buenos Aires. Es director, guionista y productor de las películas de ficción: Últimas vacaciones en familia (2013), Ónix (2016), Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet (2020) y Lo que escribimos juntos (2024). Codirigió el largometraje documental La vida sin brillos (2018). Publicó Nada nos puede pasar (Blatt & Rios, 2021).