Jamón, queso y química: cómo Santi Muk y Zenón Pereyra hicieron de la amistad un disco

Santi Muk y Zenón Pereyra presentan su disco colaborativo Jamón y Queso el 21 de agosto en Niceto Club, una obra nacida de la química creativa y la amistad.

05 de agosto, 2025 | 17.24

Son las 10 de la mañana de un día cualquiera cuando se abre la pantalla de Zoom. La cámara de Santi Muk se prende al toque: mate en mano, sonrisa amable, look relajado. A los pocos minutos aparece Zenón Pereyra, el otro lado de esta dupla inesperada pero absolutamente magnética. “Perdón la demora, eh”, dice entre risas. Y ya desde ese primer cruce se nota lo que va a repetirse una y otra vez durante toda la charla: la química entre ellos es real, fluida, espontánea. Se admiran, se quieren, se cuidan.

Esa energía se siente con fuerza en su primer disco colaborativo, Jamón y Queso, un EP de seis canciones que nació casi sin querer y que terminó siendo mucho más que un experimento, y el cual presentarán en conjunto el próximo 21 de agosto en Niceto Club. 

"No sé cómo explicar lo que pasó, pero creo que fue una sorpresa para los dos", arranca Santi. "Fue de cero a diez. Yo fui a hacer un tema, ¿entendés?", se suma Zenón, con el entusiasmo intacto.

El disco nació en la cocina del estudio, literal y metafóricamente. Se juntaron a probar una idea y se terminaron quedando días enteros en una quinta, compartiendo música, ideas, charlas de madrugada y cenas improvisadas. Lo que iba a ser una colaboración terminó en un álbum conceptual que captura el ADN de ambos artistas: el detalle y la lírica quirúrgica de Zenón, con la sensibilidad melódica y la apertura estética de Santi.

“Hay una manera muy clara de cómo cada uno compone, y lo que más me gustó es que no hubo ego”, dice Zenón. “Lo que decía el otro era palabra santa”. “Fue una masterclass componer con él”, devuelve Santi. “Para mí Zenón es el mejor compositor que conozco”, agrega con ternura. 

Y así se van pasando la pelota, durante casi una hora, entre anécdotas, elogios mutuos y alguna que otra carcajada. Como cuando recuerdan que una de las guitarras del disco fue, según ellos, un “préstamo espiritual de Cerati”. O cuando debaten si la palabra que mejor define a uno es “caradura” y al otro, “caballo”. Zenón ríe y se defiende: “Caballo suena raro, pero me encanta. Es fuerza, es ir para adelante sin mirar atrás y eso es Santi”. Muk, con esa calma característica, asiente. “Es que es eso. Zenón también va con todo. Tiene una idea en la cabeza y no la suelta”.

Un dúo con alma de banda

Más allá del resultado musical, lo que sorprende del disco es el nivel de compromiso de ambos. No hay una canción que se sienta más de uno que del otro. Desde la producción hasta el arte, todo fue cincuenta y cincuenta. “La posta es que los dos pusimos la cabeza en cada decisión”, explica Zenón. “No hay un tema que yo escuche y diga ‘este es más de Santi’. Es de los dos”.

Y ese equilibrio también se tradujo en lo emocional y lo laboral. Mientras componían el disco, ambos se quedaron sin management. Independientes, sin red, decidieron encarar este proyecto como si fuera una especie de refugio creativo, pero también una apuesta a futuro.

“Cuando uno bajaba, el otro subía”, dice Zenón. “Nunca hubo una semana hueca. Nos fuimos sosteniendo todo el tiempo”. Santi, por su parte, habla de este proceso como un punto de inflexión. Después de varios años de carrera solista, empezó a replantearse su camino. “Estoy pensando cómo quiero terminar de armar todo esto. Siento que lo que vengo haciendo está bueno, pero lo quiero solidificar más”.

Zenón, en paralelo, trabaja en su tercer disco solista, producido junto a Matu Cella, con un sonido más acústico y orgánico, muy alejado del pop de Jamón y Queso. “Es otra cosa. Mucho más madera, menos synths. Va a sorprender, creo”. Y entre esos dos mundos, el ecléctico de Santi, que un día graba una bachata y al siguiente una balada, y el detallismo minucioso de Zenón, aparece una fórmula que funciona, casi sin querer.

Lo que une a estos dos artistas es una visión compartida sobre la canción como narración. No hay relleno, no hay frases al voleo. Cada palabra está pensada, cada melodía construida con intención. Esa ética compositiva es lo que más admiran del otro. Santi lo dice claro: “Zenón cuenta historias. No hay letras de relleno en sus canciones”. Y Zenón responde: “Santi es un soñador, pero también una planadora. Va al frente con sus ideas, con una seguridad que a veces uno no tiene en sí mismo”.

Hay algo hermoso en ver cómo se reconocen, se espejan y se completan. Como cuando una canción cambia de color porque la cantan los dos, pero no pierde su esencia. “La canción cambia sin cambiar la canción”, dice Santi. “Tiene ese aire que necesitábamos”.

La entrevista se termina, pero queda la sensación de que esto no es solo un disco ni una alianza pasajera. Es una sociedad creativa con mucho para decir y una amistad que, como sus canciones, va a seguir creciendo.

Dónde comprar entradas para Santi Muk y Zenón Pereyra en Niceto Club

Dos de las voces más frescas de la nueva escena llegan a Niceto para presentar su primer disco conjunto: Jamón & Queso. Un álbum directo, sin intermediarios, compuesto y grabado en 48 horas durante un retiro creativo. Con melodías pop, letras honestas y mucha química en vivo, Santi y Zenón invitan a una noche de emociones, baile y canciones que no se disfrazan de otra cosa. Las entradas se encuentras disponibles a través de Passline.