Final explicado de "Reza por el diablo", la película de Netflix

Todo lo que hay que saber sobre el desenlace de "Reza por el diablo". Final explicado de la película de Netflix.

21 de agosto, 2025 | 11.22

Reza por el Diablo, la película de terror de Netflix, se convirtió en uno de los títulos más comentados dentro de la amplia oferta de la plataforma de la "N" roja. Dirigida por Daniel Stamm, la historia se centra en la hermana Ann (interpretada por Jacqueline Byers), una monja con un pasado marcado por posesiones y secretos familiares. La trama combina elementos clásicos de terror con un trasfondo emocional que potencia el suspenso hasta el último minuto.

El interés de los espectadores no solo pasa por los sustos, sino también por el final explicado de “Reza por el Diablo”, que deja varias preguntas abiertas y giros inesperados. La película relata cómo Ann se enfrenta a un demonio que persiguió a su familia durante generaciones y que ahora amenaza con destruir la vida de Natalie, una niña poseída que termina revelando una conexión mucho más íntima con la protagonista.

Final explicado de “Reza por el Diablo", la película de Netflix

En el clímax de Reza por el Diablo, la hermana Ann descubre que Natalie no es una simple víctima del demonio, sino su propia hija biológica, a quien había dado en adopción años atrás. Esta revelación cambia el rumbo de la historia y obliga a Ann a enfrentar tanto a sus fantasmas del pasado como a la entidad maligna. Para salvarla, Ann decide sacrificarse y permite que el demonio entre en su cuerpo con el objetivo de liberar a Natalie.

Netflix tiene un nuevo éxito en su catálogo y se llama "Reza por el diablo".

El conflicto interno entre Ann y la entidad demoníaca alcanza su punto máximo cuando la protagonista recuerda cómo su madre, en circunstancias similares, se quitó la vida para protegerla. Usando esa memoria como fuerza, Ann se sumerge en agua bendita en un acto de purificación. El sacrificio la lleva al borde de la muerte, pero finalmente el padre Dante logra resucitarla. Natalie queda libre de la posesión y Ann se convierte en un símbolo de resistencia frente al mal.

De esta forma, la entidad demoníaca que atormenta a Ann resulta ser la misma que años atrás había poseído a su madre. Este vínculo generacional refuerza la idea de que el mal la persigue de manera personal, atraído por su conexión con Dios y por su rebeldía frente a las restricciones de la Iglesia. Con la victoria sobre el espíritu, Ann es reconocida como la primera mujer exorcista en siete siglos, un hecho que rompe las estructuras del Vaticano y abre un nuevo capítulo en la lucha espiritual.

Sin embargo, el final deja claro que la historia no termina allí. Camino al aeropuerto, Ann es atacada por personas poseídas, lo que sugiere que su enfrentamiento contra las fuerzas demoníacas continuará. La última escena la muestra lista para defenderse, dejando abierta la puerta a una posible secuela.