Detrás de la nueva entrega de la saga El Conjuro, se esconde un caso real y aterrador: la supuesta posesión de la familia Smurl durante la década de 1970 y 1980. El Conjuro 4: últimos ritos se basa en un caso sucedido en Pensilvania, Estados Unidos para narrar una nueva historia de actividad paranormal.
En la película, que está ambientada en 1986, algunos años después de que los investigadores de actividades paranormales Ed y Lorraine Warren empezaran su retiro, la pareja es llamada para enfrentar un nuevo caso aterrador. Esta tarea se describe como su “última misión” y también se promociona como el cierre emocional e inquietante de este universo.
¿En qué se inspira "El Conjuro 4: últimos ritos"?
La historia detrás de la película involucra a una pareja estadounidense: Jack y Janet Smurl, quienes junto con sus hijas se mudaron en 1973 a una vivienda de dos pisos en West Pittston, Pensilvania. A partir de cierto momento, la familia comenzó a experimentar fenómenos paranormales cada vez más intensos: desde ruidos inexplicables, olores pestilentes y objetos que se movían solos, incluso agresiones físicas y sexuales que la familia atribuyó a presencias invisibles.
Desesperados, los Smurl acudieron en 1986 a los reconocidos demonólogos Ed y Lorraine Warren, quienes investigaron el caso. Según su informe, la familia convivía con cuatro entidades distintas: una anciana, una niña con tendencia a la violencia, un hombre fallecido en la vivienda y un demonio que los molestaba con ataques.
A pesar de múltiples exorcismos y rituales realizados por los Warren y sacerdotes, los fenómenos persistieron. La familia finalmente abandonó la casa en 1988, aunque reportaron que los episodios paranormales los siguieron hasta 1989.
El caso generó gran notoriedad mediática y división de opiniones. Mientras que los creyentes lo consideraron una evidencia del mundo supernatural, los escépticos lo calificaron como exagerado o fraudulento. Por ejemplo, se señaló que Jack Smurl había sido sometido a una cirugía cerebral en 1983, lo que podría haber influido en sus percepciones. Además, Debra Owens, quien llegó a habitar la antigua casa en 1988, afirmó no haber experimentado ningún fenómeno extraño.
El caso también inspiró un libro publicado en 1988, The Haunted: One Family’s Nightmare, escrito por los Warren junto al periodista Robert Curran, que más tarde fue adaptado a una película para televisión, y más tarde serviría de inspiración para la saga de El Conjuro.