Pequeños secretos, el thriller psicológico dirigido por John Lee Hancock y protagonizado por Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto, es una de esas películas que se introduce en la cabeza del espectador, más por lo que sugiere que por lo que muestra. Estrenada como un policial clásico, pero con una fuerte carga emocional, el film se centra en un crimen serial que golpea a Los Ángeles, Estados Unidos a comienzos de los años 90 y en la relación tensa entre dos policías que intentan resolverlo.
La historia sigue a Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington), un alguacil de un pequeño condado que regresa a Los Ángeles para una tarea rutinaria, pero termina involucrándose en una investigación de asesinatos de mujeres jóvenes. Allí conoce a Jim Baxter (Rami Malek), un detective ambicioso y meticuloso que rápidamente reconoce en Deke a un hombre marcado por un pasado oscuro. Aunque Deke intenta mantenerse al margen, la escena del crimen reactiva heridas personales: años atrás, él mismo investigó una serie similar y su obsesión terminó destruyendo su carrera, su matrimonio y su salud emocional.
A medida que avanza la trama, Baxter y Deke se enfocan en un sospechoso inquietante, Albert Sparma (Jared Leto), un hombre excéntrico, calculador y fascinantemente ambiguo. Aunque no hay pruebas concretas que lo incriminen, su comportamiento extraño y sus juegos psicológicos vuelven la sospecha casi inevitable. La película juega con esa ambigüedad, llevando al límite la paciencia y la moral de los protagonistas.
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El final explicado de "Pequeños secretos"
En el clímax de la película, Baxter lleva a Sparma al desierto, presionado por la posibilidad de que haya una víctima todavía con vida. Allí, Sparma lo provoca, lo confunde y finalmente lo desespera hasta el punto en que Baxter lo mata con una pala. De inmediato queda claro que Sparma no va a revelar nada porque probablemente nunca hubo nada para revelar. Su comportamiento era perturbador, pero no necesariamente criminal. Baxter queda devastado, atrapado en el mismo infierno emocional que alguna vez consumió a Deke.
Deacon, buscando protegerlo, limpia la escena, hace desaparecer el cuerpo y arma una coartada. Luego le envía a Baxter un sobre con un aparente “último indicio”: una horquilla roja como la que usaba una de las víctimas. Ese gesto pretende darle paz al joven detective, pero la película revela que Deke compró el accesorio días antes. Era falso.
El significado del final de "Pequeños secretos"
La película cierra sobre la idea de que, en las investigaciones criminales, a veces la necesidad emocional de cerrar un caso pesa más que la verdad. Deke, que sabe lo que es vivir con culpa y obsesión, decide evitarle ese destino a Baxter. Pero en ese intento reproduce el ciclo: un policía marcado por un secreto, condenado a convivir con la duda eterna.
