En el cine argentino se estrenó recientemente La mujer de la fila, dirigida por Benjamín Ávila. La película está inspirada en la historia real de Andrea Casamento, quien es interpretada por Natalia Oreiro, y quien se acompaña de un elenco de alto nivel para contar esta historia de compromiso social, justicia y militancia.
La película no solo pone en escena la dureza del sistema penitenciario argentino, sino también la resiliencia y el tejido solidario que surge en torno a las familias afectadas. Como parte importante de la historia argentina, la película relata cómo fue la experiencia que impulsa a crear la Asociación Civil de Familiares de Detenidos (ACiFaD).
Elenco principal de "La mujer de la fila"
En el centro de la historia se encuentra Natalia Oreiro, actriz uruguaya de amplia trayectoria en Argentina, quien interpreta a Andrea. Su papel ha sido destacado por la crítica por la naturalidad con la que encarna la transformación de una madre común en una figura clave de la lucha social. Oreiro logra transmitir la vulnerabilidad y la fuerza de una mujer enfrentada a una injusticia que cambia su vida y la de quienes la rodean.
La acompañan en el reparto Alberto Ammann, reconocido por su labor en cine y televisión, en series como Narcos y Celda 211. En esta película interpreta a un personaje clave para el desarrollo judicial y emocional de la trama.
Amparo Noguera interpreta a una integrante del grupo de familiares que espera en la fila para visitar a sus seres queridos que están en detención. Su presencia contrasta con la dureza del relato, y resalta la importancia de las redes de contención en contextos de crisis.
Otro de los nombres destacados es Federico Heinrich, quien interpreta a Gustavo, el hijo adolescente de Andrea, cuya vida da un giro al ser arrestado durante un violento allanamiento que sacude su hogar. Federico es reconocido por su participación en "La Voz Argentina".
Integrantes de la ACiFaD
Un rasgo distintivo de La mujer de la fila es la participación de mujeres que conforman la ACiFaD en la vida real, quienes se interpretan a sí mismas. Esta decisión de Ávila refuerza el realismo de su producción y convierte a las actrices no profesionales en parte central del relato, interpretando sus testimonios como parte de la memoria histórica.
En conjunto, el elenco logra sostener una película que, más allá de su base real, cobra vida gracias al compromiso actoral. La mujer de la fila es una denuncia social y una muestra del talento interpretativo argentino y latinoamericano.