Mauricio Macri no tuvo un buen fin de semana. Los resultados electorales en la Ciudad de Buenos Aires y las posteriores declaraciones de Javier Milei defenestrándolo lo demuestran, pero el golpe no solo quedó en la política nacional. En su reducto, el fútbol, le apareció un golpe inesperado: Claudio "Chiqui" Tapia sumó poder en la FIFA y se convirtió en el representante, interino, de la Conmebol en el Consejo de FIFA. Un lugar de poder clave en la misma mesa que Gianni Infantino, quien tomó al actual mandatario del fútbol argentino como un confidente. Macri pierde espacio.
La noticia se conoció este lunes. A través de sus redes sociales, el propio "Chiqui" Tapia comunicó que será representante de la CONMEBOL en el Consejo de la FIFA en reemplazo de Ednaldo Rodrigues, el expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol que tiene sus propios inconvenientes y que, recientemente, cambió de mandatario. El argentino fue elegido -de forma interina- por unanimidad entre los miembros de la Conmbeol en la reunión que se celebró este mismo lunes. La semana pasada, en Paraguay, se rosqueó este nombramiento ante la propia presencia de Infantino. Y su aprobación.
El jueves anterior en Asunción de Paraguay se llevó adelante, justamente, el 75° Congreso Ordinario de la FIFA. Los grandes jerarcas del fútbol mundial se juntaron en la capital paraguaya. Una de las estrategias que se habló en ese encuentro fue, entre otras, la idea que presentó Alejandro Dominguez, presidente de la CONMEBOL, de extender a 64 selecciones participantes -por única vez- en el Mundial 2030. Extender un torneo y ampliar la cantidad de equipos fue, desde hace varios años, una de las modalidades que el propio Tapia genera en Argentina. Tapismo para el mundo. Ahora esto parece haberse extendido. Infantino respondió: "Es una buena idea". Lo hizo en pleno Congreso y a la vista de todos. "Quiero resaltar las palabras de Domínguez para que todos podamos pensar en como podemos hacer que se celebre de la forma que merce ser celebrado".
El tándem Domínguez y Tapia, desde ya, se convierte en un bloque fuerte pensando en la recta de los próximos cinco años. Los tiempos se achican, ya que después del Mundial en Estados Unidos en 2026, todo apunta a la celebación de 2030 que tendrá a Sudamérica con un rol preponderante. Allí Mauricio Macri, actual presidente de la Fundación FIFA, tiene intenciones de extender su poderío, pero en pleno Congreso consiguió apoyo. El expresidente de Boca llegó con lo justo al Congreso. El miércoles por la tarde avisó que iba a viajar a Asunción en medio de la batalla por la Ciudad de Buenos Aires. Según pudo reconstruir El Destape, Domínguez sabía que Infantino, además, llegaba el miércoles por la noche y eso le dio tiempo para hablar, pero el propio Macri trató de cruzarse con los jerarcas de CONMEBOL y de FIFA. Incluso, protagonizó una penosa imagen poco registrada en él. El colega Roberto Parrotino registró en sus redes sociales como Alejandro Domínguez bajaba de dar su discurso y allí Mauricio Macri trató de cruzarlo, de hablarle, de pedirle una reunión en una imagen llamativa para alguien que tenga poder.
El paso de Macri por el Consejo de la FIFA fue, por otro lado, sin pena ni gloria. Peleado con Juan Román Riquelme -que se tomó un tiempo para viajar en medio del conflicto en Boca- y sin poder registrar un encuentro con Diego Milito, que tiene como vicepresidente a Hernán Lacunza -un hombre cercano al PRO-, la figura del exmandatario quedó desdibujada. De hecho, por su sector Tapia encontró una imagen que valió oro: Juan Román Riquelme, presidente de Boca, Diego Milito, presidente de Racing, y Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors. Por otro lado, en otra foto juntó al mismo Alejandro Domínguez que no le dio la tan buscada imagen al -ahora caído en desgracia- presidente de la Fundación FIFA.
Para colmo, en Argentina, Javier Milei -que se fagocita al PRO- también tiene, en el aspecto futbolístico, un pacto de no agresión con Chiqui Tapia que, a pura política, parece haberle tapado los huecos del fútbol argentino. En su nueva recorrida por el mundo, ahora Macri tiene una de sus últimas balas: levantar a un ídolo de la Selección Nacional para meterse de lleno en la política de Independiente.