Bryson DeChambeau dio un impulso temprano el viernes a las esperanzas de los estadounidenses en la Ryder Cup frente a una multitud colorida en Bethpage Black, donde se intensificaron las medidas de seguridad debido a la esperada llegada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Tras un sobrevuelo de tres aviones militares, DeChambeau y su compañero de juego Justin Thomas, vestidos con camisetas a rayas rojas, blancas y azules a juego, caminaron hacia el primer tee portando una bandera estadounidense entre cánticos de "¡USA! ¡USA!".
Antes incluso de que los golfistas entraran en el campo, los aficionados estadounidenses estaban tan ansiosos por ver al mayor showman del golf lanzar su candidatura para recuperar la Ryder Cup que empezaron a corear "¡Queremos a Bryson!".
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El español Jon Rahm, que hace pareja con el inglés Tyrrell Hatton en los foursomes, dio el primer golpe de la Ryder Cup, pero su bola se salió de la calle principal antes de que DeChambeau diera al público lo que había venido a ver.
DeChambeau estaba en su elemento frente a la tribuna que rodeaba el primer tee, desde donde deleitó a los aficionados al dejar su golpe de salida justo al lado del green en el primer hoyo par cuatro de 363 metros.
Después de que Thomas dejó la bola con un chip a casi 5 metros, DeChambeau embocó el birdie para poner al dúo estadounidense un golpe arriba en su partido justo cuando Scottie Scheffler y el novato Russell Henley se enfrentaban al sueco Ludvig Aberg y al inglés Matt Fitzpatrick.
Collin Morikawa y Harris English jugaban en el tercer partido contra los europeos Rory McIlroy y Tommy Fleetwood, un dúo apodado Fleetwood Mac. El último partido enfrentaba al bicampeón de majors Xander Schauffele y Patrick Cantlay contra el escocés Robert MacIntyre y el noruego Viktor Hovland.
Tras los foursomes matinales, se jugará un cuarteto de partidos fourball por la tarde, a partir de las 1625 GMT. El programa del sábado reflejará el del viernes antes de que la Ryder Cup concluya con los 12 partidos individuales del domingo.
Cada una de las últimas cinco Ryder Cup, que se remontan a 2014 en Gleneagles, ha sido ganada por el equipo local, igualando la racha más larga de este tipo.
Pese al temprano comienzo del torneo, Bethpage ya era el centro de la fiesta, mientras los apasionados seguidores europeos, vestidos de azul y oro, y los estadounidenses, vestidos de rojo, blanco y azul, intentaban ahogar los gritos de ánimo de unos y otros.
Debido a la esperada llegada de Trump, se animó a los abonados a disponer de tiempo extra y muchos llegaron varias horas antes de que se golpeara la primera bola, con una presencia constante de helicópteros sobre el campo.
Además del control de seguridad en la entrada principal, los espectadores fueron sometidos a controles de tipo aeroportuario en la sede del club, la tribuna adyacente y las zonas circundantes.
(Reporte adicional de Amy Tennery; editado en español por Carlos Serrano)