La actividad económica no despega. El último informe del Indec sobre la Estimación Mensual de la Actividad dio cuenta que los dos vectores de “crecimiento” del último año se explicaron por la enorme transferencia de recursos que el ministro de Economía, Luis Caputo, le garantizó al sistema financiero (con el proceso de carry trade) y la explotación de hidrocarburos. El otro dato es la persistente caída del sector industrial, específicamente atacado por las decisiones del Poder Ejecutivo. Un tercer dato, si se quiere, fue la caída mensual de la actividad, que pone al país en la zona de recesión.
Según el Centro de Investigación en Finanzas, que elabora su Indice Líder en base a los datos de la recaudación, el despacho de cemento, la actividad bursátil y la venta de autos, para agosto existiría un 98% de chances de entrar en una recesión, cuando un mes antes ese porcentaje era del 56%.
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Bancos y petróleo
De acuerdo al último informe del Indec, durante julio el EMAE registró una suba de 2,9% en la comparación interanual. La base de comparación es especialmente baja. En los primeros meses de 2024, la actividad económica crujía ante la aplicación de la motosierra mileista.
Si bien en la comparación interanual once de los sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas durante el séptimo mes del año, el crecimiento estuvo sostenido solamente por rubros, la intermediación financiera (con un peso específico del 23%) y la Explotación de minas y canteras (13,4%).
El modelo de Milei sigue impulsando la primarización de la economía en detrimento de los sectores productivos. “Cuatro sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destaca Pesca (-85,7% ia), que junto con Industria manufacturera con una caída del 1,8% le restaron 0,80 puntos porcentuales al crecimiento interanual del EMAE”, puede leerse en el informe del Indec.
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La mala situación de la industria ya había quedado evidenciada durante julio, según lo difundido por la consultora Vectorial, con una contracción del 1,1%. Esta fue la primera caída interanual del año y le puso fin a la secuencia de crecimientos que habían caracterizado los primeros seis meses del período. Esta reversión encuentra su explicación en el agotamiento del efecto base de comparación favorable que había sostenido los valores positivos precedentes.
“La variación mensual refuerza esta lectura preocupante, con una caída del 2,3% respecto a junio, profundizando la tendencia contractiva que ya se había manifestado el mes anterior (-1,6%). Esta dinámica confirma que el breve proceso de recuperación de la industria sobre finales de 2024 y principios de este año ha finalizado antes de lo esperado con las complejidades que ello conlleva en las regiones donde el sector tiene una elevada participación, como la Provincia de Buenos Aires”, indicaron desde la Consultora Vectorial.
Esta evolución adversa coincidió con la derrota electoral que sufrió la administración Milei en las elecciones provinciales de Buenos Aires, resultado que puede interpretarse como una manifestación del descontento social ante una gestión económica que no logra traducir sus “ajustes macroeconómicos” en una mejora sustantiva de la actividad productiva.
“Los sectores más castigados mantienen su posición relativa adversa, con los productos textiles liderando las contracciones en un escenario donde la combinación de tipo de cambio real apreciado y la reducción arancelaria continúa favoreciendo la sustitución de producción nacional por importaciones. Las prendas de vestir, cuero y calzado, junto con los productos de metal, consolidan su posición entre los sectores de peor desempeño, reflejando la dificultad estructural para competir con una configuración macroeconómica seteada como la actual”, concluyó Vectorial.
El Golpe
Entre noviembre de 2023 y julio de 2025, los sectores más ligados al mercado interno y al empleo masivo —textiles, minerales no metálicos, metalmecánica, caucho y plástico, automotriz— registraron derrumbes de hasta el -27,7%, según los datos analizados por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, mientras que sólo algunos rubros exportadores (petróleo, alimentos) pudieron sostenerse en alza.
En total, se destruyeron cerca de 32.000 puestos de trabajo del sector industrial. “La industria argentina no está simplemente padeciendo una recesión sino que está siendo desmontada deliberadamente en función de un proyecto político que busca sustituir producción por importaciones, consolidar un esquema primario-exportador y disciplinar al mundo del trabajo mediante desempleo, precarización y caída del salario”, puede leerse en el informe del IPyPP.
Entre diciembre de 2023 y mayo de 2025, dejaron de existir 16.857 empresas, de las cuales 1.624 eran industriales, dato que da cuenta de la magnitud de la crisis. El panorama no solo afecta a las pequeñas y medianas empresas, que constituyen la mayoría del entramado productivo, sino que también atraviesa a los grandes conglomerados.
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Las pymes también se encuentran entre las más afectadas por el modelo Milei. La IAE Business School – que pertenece a la Universidad Austral, think tank de la derecha- puso la lupa sobre las pequeñas y medianas empresas y las conclusiones de su reciente trabajo no lucen bien para Milei.
“La visión optimista sobre la economía argentina se redujo de manera marcada en los últimos seis meses y la inestabilidad política se posiciona como la principal preocupación del sector”, remarcaron.
La encuesta realizada por el IAE Business School incluyó a 310 empresarios pymes de los sectores servicios, comercio e industria. La pregunta clave fue: “¿Cuál cree que será la situación del país de cara a los próximos seis meses?”
En diciembre de 2024, el 73% de los consultados confiaba en una mejora de la situación del país en el corto plazo. Actualmente, ese porcentaje se redujo al 40%, mientras que un 16% de los encuestados respondió que la cosa se pondrá peor. La visión más negativa de los empresarios pymes empeoró 3 puntos porcentuales en relación al mismo informe del primer semestre del año pasado.