Ni pedo de buzo ni burbujitas. La economía transita en medio de lo que técnicamente se conoce como un escenario recesivo, lo que combinado con precios en alza, implica el peor de los escenarios posibles. Durante junio la caída mensual de la actividad fue del 0,7%, mientras que en mayo la merma fue del 0,2%. Las estimaciones de consultoras como Equilibra, Analytica, FIEL, Banco Provincia y lcg coinciden en que julio, con una suba del dólar y tasas de interés que comprometen el crédito productivo y al consumo, volverá a registrarse una caída de la economía, enlazando un trimestre consecutivo de desplome. Dos trimestres consecutivos se define técnicamente como un año recesivo. De los primeros siete meses del año, ya cinco fueron negativos, con una pausa en febrero y abril.
La actividad económica volvió a caer en junio y no creció en todo 2025. Con un pronóstico sombrío para el próximo trimestre, en el que seguro se mantendrán las tasas altas, aumenta el peligro de entrar en recesión, evidenciando que el incremento del PBI esperado para este año se debe, en buena medida, al "efecto arrastre" de 2024.
Por si fuera poco, es cierto que el crecimiento interanual fue uniforme ya que 13 de 16 sectores mostraron incrementos. Pero, aun así, el sector que por lejos tuvo más aumento fue el de intermediación financiera, de escaso impacto en empleo.
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La voz de las consultoras
Los últimos datos vinculados al comercio y la industria no lucen favorables para la administración Milei, de ahí las previsiones de distintas consultora sobre el resultado para julio. Desde la Equilibra anticipan que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) un alza de 3% interanual (el Gobierno prometió un 5%).
"En el séptimo mes del año, el EMAE caería por tercer mes consecutivo en su medición desestacionalizada: -0,3% mensual versos junio", señala. Una parte de la baja se explica por el estancamiento del sector agropecuario, registrando una caída en julio de 2,3% en su medición desestacionalizada contra junio, tras demorarse la cosecha de maíz por la alta humedad.
Según esta estimación, el nivel de actividad crecería 5,7% en los primeros siete meses del año en comparación con el mismo período de 2024, año de desplome de la actividad. Pero el promedio de los últimos tres meses (mayo, junio y julio) de la serie desestacionalizada arroja una caída de 0,4% si se compara con los tres meses previos.
A esto se le suma una perspectiva más negativa desde agosto tras el endurecimiento de la política monetaria (fuerte suba de tasas), lo cual nos hace prever una caída desestacionalizada en la actividad en lo que resta del año: se espera para 2025 una expansión del PIB rondando el 4,5% (-1,2 p.p. vs el acumulado anual hasta julio).
Según las previsiones de la consultora Analytica, la economía podría caer 0,1% durante el séptimo mes del año, casi un estancamiento. De confirmarse este guarismo por la medición que realiza el INDEC, ya serían tres meses consecutivos con un nivel de la actividad en rojo.
“Los determinantes del crecimiento económico cambiaron producto de un nuevo régimen macroeconómico”, destacaron desde Analytica. Como consecuencia de este clima de inestabilidad macro, la consultora comenzó a desarrollar una suerte de termómetro de la evolución mensual de la actividad para anticiparse al EMAE del INDEC. En esta línea, el Índice Líder de Actividad Analytica (ILA) – que se construye con indicadores sectoriales, de consumo y crediticios- anticipó para julio una caída de la economía del 0,1%, casi un estancamiento.
Desde el centro de estudios económicos del Banco Provincia, para las últimas cuatro semanas (que incluyen las últimas dos de julio y las primeras dos de agosto) se refleja una una baja del 0,4% mensual del nivel de actividad.
La consultora lcg señala que con altas y bajas, la economía acumula una caída de 1,3% en los últimos cuatro meses. "Podría pensarse que el 'crecimiento rebote' terminó y la economía empieza a amesetarse en niveles más bajos que los de mediados de 2022 (último pico). El arrastre estadístico para lo que queda del año deja un crecimiento del 4% anual", afirman.
Para la consultora, los primeros datos adelantados de julio muestran casi la misma cantidad de verdes que rojos en términos mensuales: caídas en ventas minoristas y recaudación de IVA, y subas en recaudación del impuesto al cheque, en consumo de durables (motos y autos) y en préstamos personales, entre los más relevantes. Además, indicadores de avance de la construcción y la industria (sectores relevantes por su ponderación) siguieron mostrando disparidades para julio.
“Acelerar la desinflación en la previa a las elecciones (o evitar una aceleración desmedida) tendrá costos en términos de actividad. La sensible suba de tasas que, más temprano que tarde, terminará de restringir el crédito, principal driver de la recuperación de los últimos meses de 2024, y el congelamiento de los salarios (con el gobierno evitando homologar paritarias con aumentos superiores al 1% mensual) impedirá revertir la caída del consumo”, señala lcg.
Por su parte, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) señala que la actividad industrial registró una caída del 1,4% en julio respecto al mes anterior y una contracción interanual de 3,3%. De esta manera, el sector borró buena parte de la mejora que había acumulado a lo largo del primer semestre de 2025 luego de desplomarse casi 10% en 2024.
Según este trabajo, el séptimo mes del año marcó un quiebre en la trayectoria de la actividad industrial. Tras siete meses de expansión interanual, la producción fabril mostró la primera caída en comparación con el mismo mes del año anterior.