El riesgo país trepó a 1140 puntos básicos y alcanzó el mayor nivel en los últimos 11 meses, mientras que los bonos soberanos acrecientan su declive al registrar caídas en torno al 3%, en medio de la tensión cambiaria. El fenómeno se da porque los inversionistas consideran que el repago de la deuda por parte de Argentina es cada vez más improbable, lo cual se traduciría en un default.
El indicador que elabora el JP Morgan llegó a un nuevo máximo en casi un año en el cierre de la semana pasada y promete continuar su escalada de la mano del negativo rendimiento de los títulos en dólares, a causa del panorama incierto sobre la capacidad de pago de la deuda ante la posible utilización de reservas en el mercado cambiario.
Con la tendencia alcista, el riesgo país de la Argentina escaló casi al doble del registro con el que arrancó el año (600 puntos) y está solo por debajo del de Bolivia (1385 puntos), en el segundo lugar del podio, que lo completa Ecuador (689 puntos).
Qué significa default
Para un país, entrar en default significa dejar de pagarles a sus acreedores. Dejar de pagar una deuda se traduce en la imposibilidad de volver a acceder al mercado de deuda externo, una de las formas de financiamiento que tienen los países.
Podría trazarse el paralelismo como un banco para las personas. Cada banco tiene un registro personal de cuán buenos o malos pagadores son sus clientes. Por ende, si Argentina no le paga al banco "A", será difícil que el banco "B" quiera prestarle plata, porque estará dentro de la lista de malos pagadores. El mercado de deuda de los países funciona de una manera similar.
Por qué se ingresa a un default
Un default puede ocurrir por dos razones: por incapacidad de pago o por la falta de voluntad de pago. Mientras que la segunda hace referencia a una decisión política o de destino de gastos del país, la primera puede derivarse de dos problemas, uno de liquidez o uno de solvencia.
Las consecuencias de ingresar en un default no son gratis. Ingresar de nuevo al mercado de deuda es cada vez más costoso y la Argentina es un ejemplo de eso. Nuestro país tiene récords en cuanto al número de defaults, hizo una de las quitas más grandes de la historia y concretó un acuerdo de reestructuración que se convirtió en uno de los más largos de la historia (42 meses).