El Gobierno habilitó una devaluación del peso frente al dólar con la actualización del esquema de las bandas cambiarias y la pregunta es qué pasará con el precio de la divisa. Compras de billetes por vacaciones y anticipándose a un mayor ritmo de devaluación el año próximo se presentan como la primera reacción, casi defensiva, por parte de ahorristas y personas que viajarán al exterior. El foco, del lado de la oferta, estará puesto en cómo evolucionará el programa de acumulación de reservas, atado a la mejora de la actividad económica, para hacer frente a los vencimientos de deuda de los próximos meses. En el mercado se estima un dólar con nuevo piso en los 1.600 pesos (valor al que cotizan los contratos a partir de marzo), con un Banco Central interviniendo más activamente en el techo de la banda, que avanzará en términos reales (descontada la inflación) a partir de enero.
Cambian las bandas: la medida del BCRA sobre el dólar
El lunes, el Banco Central anunció que desde el 1 de enero el techo y el piso de la banda ya no se actualizarán al 1% mensual sino a un porcentaje equivalente al último dato de inflación conocido. Es decir, en enero se actualizará con el dato de noviembre. “El anuncio de ayer responde a ese pedido de los inversores y el timing no es casual: estamos a tres semanas y media del pago de 4.200 millones de dólares de Globales y Bonares y la incógnita era (y sigue siendo) cómo financiará Argentina ese desembolso (el pago está fuera de toda duda)”, señala un informe de la consultora 1816.
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Para comparar, el techo de la banda de fin de enero de 2025 se incrementó en 23 pesos, pasando de 1.542 (con aumento de 1% mensual) a 1.565 (con aumento de 2,5% mensual). Según el esquema actual, vigente desde abril de este año, las bandas se movían a un ritmo del 1% mensual, lo que redundó en un fuerte atraso cambiario frente a la velocidad de los precios domésticos. Con la nueva regla, ese desencuentro entre inflación y banda se corrige: el límite superior del rango se incrementará en función del último dato de inflación informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) con un desfase de dos meses (T-2). Así, el primer ajuste será de aproximadamente 2,5% en enero, según el IPC de noviembre.
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Presiones devaluatorias y más inflación
En el corto plazo, la noticia generó múltiples interpretaciones entre analistas del mercado y operadores cambiarios. El ajuste de bandas por inflación implica que el dólar oficial podrá moverse a un ritmo más acelerado que antes, debido a que la banda superior ya no quedará “atrasada” respecto de la inflación interna. Esto abre el escenario para una mayor presión sobre la demanda de dólares, ya que empresas, importadores y ahorristas pueden anticipar un ritmo de devaluación mayor al anterior y ajustar sus estrategias de cobertura y liquidación —comprando dólares hoy antes de que el tipo de cambio suba dentro de la banda—.
Este fenómeno de “anticipación de devaluación”, responde a una expectativa de que aunque el BCRA marque un sendero oficial, el público puede sentir que ese sendero no es suficiente para compensar la pérdida de poder adquisitivo de la moneda. Esa percepción eleva la demanda de dólares frente a pesos, presionando tanto al segmento oficial como al informal, y potenciando la brecha cambiaria con los mercados paralelos.
Esa mayor flexibilidad puede trasladar inflación importada hacia precios domésticos por el canal de precios relativos: un tipo de cambio oficial que sube tiende a encarecer los bienes que dependen de insumos importados, y eso se transmite a los precios finales.
La relación entre el tipo de cambio y la inflación en Argentina es estructural: cuando el peso pierde valor frente al dólar, los precios tienden a subir, bien sea por el efecto en costos de producción, en expectativas de precio, o en la transferencia hacia bienes transables. Al fijar las bandas cambiarias al ritmo de la inflación, el BCRA reconoce que el ajuste anterior subestimaba la verdadera velocidad del fenómeno inflacionario. Sin embargo, esta corrección tiene una cara menos visible pero significativa: las expectativas inflacionarias pueden reforzarse al percibirse un sendero de devaluación más alto.
Según las cotizaciones del Banco Nación, el dólar se ofrece en 1.480 pesos para la venta en el circuito minorista. En el mercado informal, la cotización del dólar blue refleja presiones sobre la demanda de moneda extranjera: el billete se ubica en torno a 1.495 pesos en la venta, apenas por encima del oficial, con la brecha cambiaria rondando un nivel bajo comparado con meses anteriores.
En el mercado de futuros de Rofex, que sirve como indicador de expectativas sobre la evolución futura del tipo de cambio, los contratos para distintos vencimientos muestran que operadores están valorando un dólar creciente en términos de pesos. Por ejemplo, el futuro de dólar con vencimiento a 31 de diciembre de 2025 (DLR/DIC25) se negocia en 1.463 pesos, mientras que los contratos con vencimientos a principios de 2026, como enero y febrero, se sitúan en niveles más altos, superando los 1.529 pesos en algunos plazos registrados recientemente. Estos precios reflejan que el mercado anticipa una presión cambiaria sostenida, con expectativas de depreciación adicionales para el peso hacia los próximos meses.
