Esta vez la presión sobre el mercado de cambio que llevó el valor del dólar a 1.215 pesos provino de dos aliados de la administración de Javier Milei, la Ciudad de Buenos Aires gobernada por Jorge Macri que se llevó en la semana unos 300 millones para el pago de deuda y la provincia de Córdoba liderada por Martín Llaryora que compró algo más de 18 millones.
La demanda de esos casi 320 millones de dólares se fue canalizando a lo largo de la semana y culminó hoy y se vio reflejada en el aumento de los depósitos en divisas del sector público, pero aún tratándose de un monto relativamente menor para el tamaño de la economía argentina fue determinante para presionar sobre el precio de la divisa por la falta de oferta tanto de los exportadores como de los inversores financieros.
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La Ciudad y Córdoba pagarán recién el próximo lunes, así que el efecto sobre las reservas internacionales se irá reflejando a lo largo de la próxima semana, ya que primero se deposita en cuentas locales y luego una parte va al exterior y otra se espera que salga del sistema por el retiro de los ahorristas.
Las compras que realizaron estas jurisdicciones a lo largo de la semana fue presionando el mercado de cambios, donde sigue ausente la liquidación de los exportadores, llevando el valor de la divisa a un pico de $1.215, aunque el dólar oficial cerró en $1.200 y el mayorista en $1.189.
El lunes también vencen 190 millones de dólares de amortización e intereses de las distintas ediciones del bono BOPREAL, que emitió el Banco Central para dar salida tanto al pago de deuda de importaciones como al giro de utilidades de empresas y bancos.
El pago de deuda el próximo lunes, que supera los 500 millones, será un nuevo golpe para las reservas internacionales, que vienen mostrando una persistente caída solo demorada por los desembolsos de organismos internacionales, especialmente los aportes del FMI, el Banco Mundial y el BID.
La semana que viene, el miércoles 4, ingresarán los 1.000 millones de dólares de la colocación del BONTE que realizó esta semana la Secretaría de Finanzas.
En mayo, la caída de las reservas internacionales (donde se reflejan la salida de dólares pero también la variación de las cotizaciones de los distintos activos, como el oro, las divisas o los títulos de la Reserva Federal) superó los 2.000 millones de dólares.
El movimiento tradicional que hacen los bancos a fin de mes, cuando envían dólares a sus casas matrices y lo ingresan en la primera semana del mes siguiente, tuvo impacto en la caída de las reservas.
El Banco Central suele acumular reservas internacionales con intervenciones en el mercado de cambio fundamentalmente en el segundo trimestre del año, considerado el ”trimestre de oro” por la alta liquidación de divisas del complejo agropecuario, que exporta la cosecha gruesa.
Sin embargo, en abril las reservas internacionales subieron 13.908 millones de dólares por el ingreso de 12.409 millones del FMI y 1.500 millones del Banco Mundial. Sin ese efecto, la caída hubiese sido de un millón. En mayo, ingresaron 500 millones del Banco Interamericano de Desarrollo y las reservas internacionales igual cayeron 2.106 millones de dólares.
La evolución de las reservas internacionales es uno de los datos centrales que analiza el mercado para evaluar la capacidad de pago del país y las posibilidades de sostener el esquema de apreciación cambiaria.
Este viernes se conoció el último informe mensual del balance cambiario correspondiente a abril, que acumuló 11 meses con déficit en la cuenta corriente cambiaria, potenciado por la importación de servicios y la salida por turismo.
El mercado esperaba que aún en rojo, la cuenta corriente cambiaria mostrara mejores números, pero reflejó una Formación de Activos Externos de 2.513 millones de dólares y por Turismo, que salieron 1.010 millones de dólares pese a no tratarse de un mes considerado de temporada alta. El turismo, este año ya dejó un saldo neto negativo de 3.313 millones de dólares, producto de salidas por 4.324 millones e ingresos por 1.011 millones.
La estacionalidad del segundo trimestre “debiera mejorar los números de cuenta corriente, producto del aumento en la liquidación del agro y reducción en la salida de turistas al extranjero”, esperaba el banco de inversión CMF, pero no se cumplió.
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