Las reservas del Banco Central experimentaron una fuerte caída este martes tras imputarse finalmente el pago de un vencimiento de intereses al FMI por poco más de U$S 600 millones.
Las reservas brutas, que habían alcanzado los U$S 39.279 millones el lunes 28 de abril, tras trepar en U$S 14.974 millones luego de la sucesión de desembolsos, cayeron en U$S 397 millones, al cerrar en U$S 38.551 millones.
Desde la asesora de inversiones Criteria explicaron que el primer pago desde la entrada en vigor del nuevo acuerdo "se ve reflejado en las reservas brutas, que ya habían caído U$S 205 millones el miércoles pasado". Indicaron que "a lo largo del año están previstos otros dos pagos de intereses al FMI: uno por US$ 861 millones el 1 de agosto y otro por US$ 883 millones el 1 de noviembre".
Pero recordaron también que el Tesoro recibirá en junio un desembolso por U$S 2.000 millones y otro de U$S 1.000 millones hacia fin de año, ambos incluidos en el nuevo cronograma financiero, "por lo que el flujo neto será positivo".
El Banco Central no compra reservas
La acumulación de reservas también está siendo afectada por el hecho de que el BCRA dejó de comprar divisas tras la salida del cepo cambiario. La autoridad monetaria dijo que mantendrá esa postura mientras el billete se opere dentro de las bandas cambiarias, que al ajustarse de manera divergente a razón del 1% por mes, en mayo estarían fijadas entre los $ 992,50 y los $ 1.410,50.
Pero muchos especialistas advierten que no conviene esperar a que el precio llegue al piso para intervenir y comprar, con el objetivo de hacerse de reservas. En este escenario, las reservas netas solo lograron volver a ser positivas de la mano de los desembolsos del FMI y el BM.
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Se estima que las reservas netas rondan los U$S 6.000 millones, tras llegar a ser negativas en unos U$S 10.000 millones. En julio, el Tesoro deberá afrontar pagos de Bonares y Globales por más U$S 4.000 millones, por lo que los expertos recomiendan atesorar divisas.
En este escenario, la calificadora Moody´s evitó mejorar la nota de la Argentina y el riesgo país se mantiene en los 740 puntos. En el equipo económico siguen sosteniendo que desde el punto de vista macroeconómico no es necesario comprar reservas.
La entidad destacó que, aunque la perspectiva es "positiva", las mejoras en la calificación serán graduales. En su última actualización en febrero, Moody’s subió la calificación de Argentina de CAA3 a CAA1, pero el país sigue en niveles de riesgo elevados, con una calificación de CA desde 2019.
Jaime Reusche, vicepresidente de Moody’s, reconoció que la salida anticipada del cepo, que ocurrió a finales de marzo en lugar de los últimos trimestres previstos, cambia el escenario, aunque enfatizó que la situación sigue siendo delicada debido a los riesgos de desajustes en las políticas monetaria y cambiaria.