La escalada de precios post corrida choca con la caída de ventas

El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) sostiene que en los barrios populares los precios de los alimentos suben muy por encima de lo que marca el Indec pero con una particularidad: también se registra una fuerte caída del consumo. 

03 de agosto, 2025 | 00.05

En los dos últimos días hábiles de julio, el tipo de cambio sufrió una suba del 4,1% diario, con un alza total en el mes del 13,8%, el mayor desde la devaluación de fines del 2023. El pase a precios –que empezó a sentirse sobre algunos rubros particulares- tendrá su mayor repercusión durante agosto.

Por eso desde el Gobierno seguirán profundizando su estrategia de una “recesión inducida” para planchar la demanda y así evitar una escalada de precios. Así lo considera un reciente informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), que mide más de 50 productos de la canasta básica alimentario en los diferentes barrios populares del país, y en espacial en los comercios de cercanía del Conurbano bonaerense.

“El impacto de la devaluación de estos días probablemente impacte fuertemente en el relevamiento de agosto. En el Gobierno seguirán utilizando la herramienta de inducir la baja del consumo con el techo a los incrementos salariales”, sostuvo Isaac Rudnik, titular del ISEPCI en diálogo con El DestapeTV.

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“Todo marcha acorde al plan”, gritan desde La Libertad Avanza. En los barrios populares, los precios de los alimentos corren a una velocidad totalmente diferente a la señalada por el Indec, a pesar de la baja del consumo. En junio, los alimentos aumentaron más de dos puntos porcentuales por encima de la inflación general, guarismo que podría repetirse durante julio según las estimaciones del ISEPCI.

Sube y baja

En los barrios populares no corre la inflación que mide el Indec, ya que el aumento de precios en la canasta básica de alimentos supera por dos puntos porcentuales lo que mide el organismo oficial. Este dato, relevado de manera sistemática por el ISEPCI- permite pensar también en la subregistración actual de los niveles de pobreza.

El Indec releva un amplio universo de comercios que en su mayoría corresponden a las grandes cadenas de supermercados, comercios que son prácticamente inexistentes en los barrios populares donde las principales cadenas que proliferan son los “comercios de cercanía chinos”.

“En estas zonas los precios son muy diferentes a los que marca el Indec. A nosotros, la canasta de alimentos de junio nos dio con una suba de precios del 3,4%”, afirmó Rudnik.

Para el Indec, la variación de la canasta de junio había sido del 1,1%. Por ende, en los barrios los precios se habrían ubicado 2,3 puntos porcentuales por encima. Según Rudnik, la misma situación podría repetirse con el resulta de julio.

En el acumulado del año, el Indec arrojó una variación de precios de la canasta alimentaria del 12,6%. Con el salto del dólar en torno al 13% durante el último mes cabe preguntarse por el “pase a precios” que debería sentirse en agosto.

En el caso de la carne, sobre el cierre de julio se percibió un alza del 5% y en el caso del trigo y el maíz, del 10%. Por eso se esperan subas en aceites y harinas. Desde el supermercadismo indicaron a El Destape que ya se recibieron listas con alzas entre un 4 y 9 por ciento, principalmente de las marcas Mondelez, Unilever, Colgate y Mastellone, cuatro gigantes del sector.

¿Cuánto de la devaluación del mes pasado se trasladará a precios, teniendo en cuenta el fuerte freno del consumo? Para Rudnik, el tándem Milei – Caputo seguirá con el abuso del ancla salarial y de su plan de “recesión inducida”.

En junio, los precios de los alimentos en los barrios populares registraron un alza del 3,4% mientras que la demanda – es decir las ventas- tuvieron un descenso del 4%.

“La última medida del gobierno para secar la plaza de pesos fue el aumento de los encajes bancarios; también impacta la suba de tasas, todas medidas que apuntan a planchar el consumo. El objetivo oficial es inducir una situación de recesión para mantener la baja de los precios. Obviamente, hasta ahora estas medidas no funcionaron porque en los barrios, los alimentos no dejan de subir de precio”, concluyó el titular del ISEPCI

Un ancla sobre la cabeza de los trabajadores

Los salarios son la principal ancla inflacionaria aplicado por el tándem Milei – Caputo. “Si se deflacta por la inflación del INDEC, el salario real está hoy un 5,5% por debajo del nivel de noviembre de 2023. Si en cambio se utilizan los ponderadores de la ENGHO 2017-2018, la caída asciende al 11,2%”, puede leerse en el último informe de la consultora Vectorial.

Al desagregar el segmento de los trabajadores registrados en público y privado, puede observarse que buena parte del ancla salarial se encuentra fundada en los ingresos de los trabajadores públicos. “Estos se encuentran un 14% por debajo de los niveles pre Milei, mientras que el sector privado orbita dentro de los valores de referencia”, agregaron desde Vectorial.

El salario de bolsillo cayó 5,5% en apenas 4 meses y en la última medición se situó 1,4% por debajo de noviembre de 2023 después de haber llegado a estar 4 puntos arriba hacia el cierre del año pasado, según un análisis de C-P Consultores que dirigen Pablo Moldovan y Federico Pastrana.

“Las bondades de la desinflación explotadas el año pasado se encuentran ausentes en la actualidad. El salario efectivo no se recupera sino que cae, dado que la recuperación económica parece haber llegado a su fin; los dólares escasean; la desinflación es más limitada, y el Gobierno impone una pauta salarial demasiado exigente”, fue la evaluación de la consultora.