Presupuesto 2026: Milei admite menos superávit, déficit comercial y suba del dólar

La mayoría de los indicadores macroeconómicos clave se deterioraron entre el anteproyecto del Presupuesto presentado a inicios de julio y el proyecto oficial introducido ayer.

16 de septiembre, 2025 | 12.54

Pese al optimismo de Javier Milei, la presentación oficial del Presupuesto 2026 supone la admisión del Gobierno de que varios indicadores macro, como el superávit fiscal, la balanza comercial, el tipo de cambio, e incluso la inflación y el PBIse deterioraron en los últimos dos meses de crisis económica.

Así se desprende de la comparación de los supuestos macroeconómicos contemplados en el proyecto enviado ayer al Congreso con los supuestos que el propio Gobierno había anticipado en el anteproyecto del Presupuesto 2026 enviado a inicios de julio.

Algunos supuestos macroeconómicos mejoraron entre julio y ayer. El consumo privado aumentaría 10,2% en 2025 en lugar del 7,2% previsto antes, y la inversión crecería un 26% en vez de un 22%, según prevé el Gobierno. Sin embargo, con la mayoría de los indicadores clave ocurre lo contrario.

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El Gobierno se resigna a una suba en el dólar

En primer lugar, hace dos meses y medio el Ministerio de Economía esperaba que el dólar se ubicase a 1.229 pesos a fin de este año. En cambio, según el proyecto oficial de ayer el tipo de cambio para fines de diciembre próximo se ubicaría a 1.323 pesos, una suba del 7,8%.

Lo que ocurrió en el medio es conocido por todos: la falta de confianza en el plan económico llevó a un retiro masivo de títulos públicos por parte de los inversores, lo que generó una mayor demanda de dólares que no pudo ser contenida por un Banco Central que no acumula reservas. El tipo de cambio se disparó a fines de julio y, nuevamente, en la última semana tras la derrota electoral. 

Al Gobierno no le quedó más remedio que admitir este nuevo escenario, pero lo hizo solo parcialmente. A nadie se le escapa que el precio del dólar que el Ministerio de Economía prevé para fin de año se encuentra muy por debajo de los 1.480 pesos actuales, y más aún de la banda cambiaria superior que en diciembre sería de 1.515 pesos. De hecho, el tipo de cambio actual es superior incluso al que el Gobierno espera para diciembre de 2026, de 1.423 pesos.

Es un misterio cómo piensan Luis Caputo y Santiago Bausili bajar el dólar en los próximos tres meses sin restablecer el cepo, con un Banco Central sin reservas, una intervención del Tesoro que hasta ahora no logró contener el tipo de cambio y cuando las señales económicas empiezan a ir en sentido contrario: hacia un relajamiento del esquema cambiario que ya dejó correr el precio de la divisa y que se espera que se acelere luego de las elecciones.

Déficit comercial, menos superávit fiscal y más inflación

En segundo lugar, otro deterioro fuerte se dio en la balanza comercial. En el anteproyecto de julio, el Gobierno preveía en 2025 un superávit comercial de 4.900 millones de dólares. Al contrario, en el proyecto enviado ayer pasó a prever un déficit comercial de 2.447 millones de dólares, debido a que espera unos 10.000 millones de dólares en importaciones más que hace dos meses y medio. Una consecuencia lógica de que el tipo de cambio se haya mantenido atrasado al menos durante el primer semestre, antes de las últimas devaluaciones.

En tercer lugar, el Gobierno se corrió de la meta de superávit prevista en el acuerdo con el FMI para 2026, que era de 2,2% en la revisión del acuerdo de inicios de agosto. En cambio, el proyecto del Presupuesto presentado ayer estima un superávit de solo 1,5% el año que viene. Lo mismo, pero levemente, ocurrió para este año, ya que el superávit esperado pasó de 1,6% a 1,5% del PBI entre el acuerdo con el FMI y el proyecto enviado ayer al Congreso.

Ello puede ser producto tanto de la voluntad política de gastar más como de una merma en la actividad que impacte en una menor recaudación. Este último puede ser el caso dado que, en paralelo, el Gobierno admite una desaceleración del crecimiento del PBI para 2025, aunque muy leve (de 5,5% previsto en el acuerdo con el FMI a 5,4% previsto en el Presupuesto 2026). La incógnita es si esta estimación se cerró antes o después del freno de mano a la economía de agosto, tras el cual el mercado, según el REM elaborado por el BCRA, pasó a esperar una caída del PBI de 0,3 puntos en el tercer trimestre.

Un último deterioro, también relativamente leve, se ve en el estimado de inflación para este año, que era de 20,4% en el anteproyecto de julio y ahora subió 4 puntos a 24,5%. Una previsión que de todos modos sigue siendo demasiado optimista, ya que supone una inflación de solo el 1% mensual en los próximos cuatro IPC. Para el año que viene ocurre algo similar, ya que el Gobierno espera una desaceleración de la suba de precios al 10,1%, pero en el último REM se prevé que esta sea del 17%.