Tras el triunfo de Javier Milei en las elecciones y luego de una tibia baja en los últimos días, los bancos piden ahora más medidas en favor de la normalización de los encajes y las tasas de interés, siempre que se confirme la presunción de un dólar relativamente calmo para las próximas semanas.
Los niveles de tasas y encajes se volvieron insostenibles a partir de la suba del dólar de fines de julio. Para evitar que esta se trasladara a precios, el Ministerio de Economía llegó a convalidar una TNA mayor al 70% en las licitaciones de agosto, lo que a su vez llevó a tasas de los plazos fijos mayores al 50% y a un encarecimiento del crédito privado a niveles impagables para la mayoría de las empresas.
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En paralelo, el Banco Central aumentó la tasa de encajes hasta el 53%, su valor más alto en 30 años, mientras que cambió el requerimiento del promedio mensual por un requerimiento diario que complicó a los bancos a nivel operativo.
Fue este panorama el que llevó a la virtual recesión del último trimestre, dejando una actividad planchada y al Gobierno resignado con tener que reactivar la economía recién luego de las elecciones. Así, desde el sector bancario ya daban por sentado, antes de los comicios, que, fuera cual fuera el resultado, en el último bimestre del año debería empezar la etapa de normalización.
Esto último comenzó a verse durante la semana pasada. En la licitación del último miércoles, la TNA bajó al 44%, habilitando una baja de la tasa de los plazos fijos hacia el orden de entre el 29% y el 35% gracias al menor rollover. Además, el BCRA flexibilizó el requerimiento de encajes diarios del 100% al 95%.
Los pedidos de los bancos tras las elecciones
Ciertamente, los bancos dejan en claro que agradecen la flexibilización del requerimiento de encajes diarios, porque, aunque parezca marginal, implica un gran alivio para ellos en términos operativos, según dijeron a El Destape diversas fuentes del sector. Aun así, los mismos bancos advierten ahora que esperan que ese haya sido solo el primer paso hacia otras medidas de normalización más amplias.
Un segundo paso que aguardan las entidades, agregaron las fuentes, es la vuelta del requerimiento mensual, que consideran que debería ayudar sobre todo a evitar más volatilidad en las tasas, o incluso a bajarla levemente.
Recién luego esperan que el Banco Central vuelva a bajar la tasa de encaje en sí. Si bien luce demasiado optimista que al corto plazo puedan llegar al orden del 20% que tenían hasta julio pasado, los bancos sí tienen la expectativa de que regresen a un rango no muy superior al 40%.
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El siguiente paso a la baja de los encajes, gracias a la mayor liquidez, sería la baja de las tasas de interés de los plazos fijos. Una fuente del sector bancario señaló a este medio que es sensato pensar en una reducción de otros 5 puntos en la tasa de plazos fijos en los próximos 15 o 20 días, lo que los llevaría a un rango de entre el 25% y el 30%.
Más allá de la vía a través de los encajes, los bancos también creen que es factible una baja de tasas a corto plazo, quizás desde este mismo lunes, gracias al rollover de solo el 57% en la licitación de la semana pasada, que dejó cerca de 5 billones de pesos liberados al mercado para aumentar la liquidez e intentar que arranque la reactivación económica.
Como es lógico, la baja de la tasas de los créditos productivos será recién el último paso. Lo que aguardan en el sector bancario, confirmaron las fuentes, es que esta pueda comenzar en diciembre mismo, cuando venzan los últimos plazos fijos a un mes renovados para aprovechar las últimas tasas altas post elecciones.
Obviamente, asumen en el sector bancario, todo este escenario dependerá de que continúe la estabilidad cambiaria que se vio en la primera semana tras los comicios. Si por la eventual modificación del esquema cambiario volvieran las expectativas de un aumento del dólar, el panorama de normalización tendrá que volver a postergarse y la recesión se extenderá en el tiempo todavía más.
