Una fuerte mezcla de abucheos y vítores recibió el miércoles al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando asistió a su primera producción en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, la institución que sometió a una toma de control conservadora a principios de este año.
El recibimiento desigual de los asistentes al teatro a Trump y su esposa Melania a su llegada al palco presidencial para una representación de "Los Miserables" reflejó las emociones exacerbadas desatadas por su remodelación del centro cultural y el uso del poder ejecutivo para sacudir la sociedad estadounidense.
Su aparición en un musical sobre ciudadanos que se levantan contra su Gobierno se produjo pocos días después de que enviara a la marina estadounidense y a la Guardia Nacional para sofocar las protestas contra las redadas de inmigración de su Gobierno en Los Ángeles.
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El poder y la protesta —temas clave del espectáculo— se manifestaron dentro del propio teatro.
Mientras algunos daban la espalda a Trump, que levantó el puño al saludar al público, otros coreaban "¡EEUU! ¡EEUU!" para ahogar los abucheos cuando él y su esposa se sentaron.
Varias drag queens vestidas de gala se sentaron entre el público, probablemente en respuesta a las críticas anteriores de Trump al local por acoger espectáculos de drag queens. Una persona gritó "Viva Los Ángeles" cuando Trump salió del palco presidencial para el intermedio.
Trump no asistió a actos en el Centro Kennedy durante su primer mandato, pero se ha interesado mucho por él durante el segundo. Destituyó a su anterior jefe y asumió él mismo el cargo, despidió a su presidente y se comprometió a reformar una institución que criticaba por ser demasiado liberal. El centro, una de las principales instalaciones artísticas de Estados Unidos, había gozado durante mucho tiempo de apoyo bipartidista.
Con información de Reuters
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