Un informe reciente de la Fundación Pro Tejer encendió las alarmas sobre el impacto que está generando la apertura de importaciones en el sector textil y de indumentaria, tanto a nivel nacional como en La Rioja, donde la industria textil representa la mitad del empleo industrial.
Según el documento (publicado en las últimas horas y analizado por el portal Economía Riojana) las importaciones de ropa y textiles para el hogar crecieron un 86% y 109% interanual en volumen, respectivamente, durante el primer cuatrimestre de 2025, marcando récords históricos.
La situación también afecta a los tejidos, que muestran una tendencia creciente en volumen importado, a precios muy por debajo de los históricos, lo que evidencia una competencia desleal frente a la producción nacional. Uno de los datos más reveladores es que seis de cada diez prendas disponibles en el mercado argentino tienen un componente importado, debilitando aún más a la producción local.
El informe atribuye esta situación al desmantelamiento de herramientas de control del comercio exterior, como la derogación de los valores criterio de importación, la eliminación del canal rojo aduanero, el fin del control de etiquetado de productos textiles y la supresión de la Declaración Jurada de Composición del Producto.
La apertura sin regulaciones afecta directamente a la industria textil riojana, que históricamente ha sido un motor de desarrollo en la provincia. Desde el sector alertan que la pérdida de competitividad y la caída en la demanda pueden derivar en despidos y suspensiones, profundizando el deterioro del empleo industrial en un contexto económico nacional adverso.
La incertidumbre del sector textil
El secretario general de la Asociación Obrera Textil de La Rioja, Juan Pablo Luján, advirtió que la industria textil atraviesa una crisis sin precedentes como consecuencia de las políticas económicas impulsadas por el Gobierno nacional, con un escenario “de total incertidumbre”, similar a "los años 90”.
En comunicación con medios locales, Luján expresó su preocupación por la apertura indiscriminada de importaciones, la eliminación de aranceles y el recorte de funciones del Estado en la regulación laboral. “Trabajar el día a día es lo más complejo que existe. Un día se pierden 10 puestos, al siguiente 30, y al otro pueden ingresar tres. Este descontrol es inaudito”, remarcó.
El dirigente también apuntó contra la política salarial impulsada por el Ejecutivo nacional. Señaló que, pese a haberse alcanzado acuerdos paritarios con la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), el Gobierno se niega a homologarlos si superan ciertos porcentajes. “Esto empobrece aún más a los trabajadores, porque los acuerdos salariales no se aplican. El Estado, en lugar de equilibrar las fuerzas, interviene para debilitar aún más a los sectores más vulnerables”, denunció.
Uno de los aspectos más alarmantes tiene que ver con la cobertura de salud. Luján confirmó que los trabajadores del sector están sin obra social por falta de pago y suspensión del servicio. “Desde 2023 los medicamentos aumentaron casi un 700%, y los trabajadores apenas obtuvieron un 30% de aumento en año y medio. Se suspendieron tratamientos vitales como los oncológicos, para personas con HIV o incluso la colocación de stents. El daño no es al sindicato, es a la gente”, afirmó.
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