La Corte Suprema de Estados Unidos despejó el lunes el camino para que el Gobierno del presidente Donald Trump reanude la deportación de migrantes a países que no son los de origen, sin ofrecerles la oportunidad de mostrar los perjuicios que podrían enfrentar, en otra victoria para su agresiva búsqueda de deportaciones masivas.
Los jueces levantaron un mandato que obligaba al Gobierno a dar a los inmigrantes que iban a ser deportados a los llamados "terceros países" una "oportunidad significativa" de decir a las autoridades que corrían el riesgo de ser torturados en su nuevo destino, mientras se resolvía un recurso legal.
El juez de distrito Brian Murphy, de Boston, había tomado la decisión el 18 de abril. La orden de la Corte Suprema no estaba firmada ni motivada, como es habitual cuando el tribunal decide sobre solicitudes de urgencia.
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En un duro disenso, la jueza Sonia Sotomayor, a la que se unieron los otros dos jueces liberales del tribunal, criticó la decisión de la mayoría, calificándola de "abuso flagrante" de la discrecionalidad del tribunal.
"Aparentemente, el tribunal considera que la idea de que miles de personas sufran violencia en lugares remotos es más aceptable que la remota posibilidad de que un tribunal de distrito se haya excedido en sus facultades correctivas al ordenar al Gobierno que proporcione la notificación y el proceso al que los demandantes tienen derecho constitucional y estatutariamente", escribió Sotomayor.
"Ese uso de la discrecionalidad es tan incomprensible como inexcusable", agregó.
Después de que el Departamento de Seguridad Nacional tomó medidas en febrero para intensificar las deportaciones rápidas a terceros países, grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes presentaron una demanda colectiva en nombre de un grupo de inmigrantes que pretendían impedir su expulsión sin previo aviso y sin la oportunidad de hacer valer sus argumentos.
Murphy dictaminó en mayo que el Gobierno había incumplido su orden de establecer nuevos procedimientos al intentar enviar a un grupo de inmigrantes a Sudán del Sur, un país políticamente inestable "debido a la delincuencia, los secuestros y los conflictos armados".
La intervención del juez hizo que el Gobierno estadounidense retuviera a los migrantes en una base militar de Yibuti. Entre los pasajeros en el vuelo, uno es sursudanés, mientras que los demás proceden de Cuba, México, Laos y Vietnam.
Con información de Reuters